miércoles, diciembre 18, 2024

as investigaciones contra Dina Boluarte: represión policiaca y joyas de alto valor

La investigación del Ministerio Público asegura que los Rolex que llevaba la mandataria en esa ocasión fueron identificados por la garantía Datejust 36 de un modelo 12684BRV fabricados el 7 de agosto de 2023 y adquiridos ese día, aunque ella después aseguró que fueron de “antaño”.

lunes, 1 de abril de 2024 · 10:27

PERÚ (apro).-Dos investigaciones serias contra la debilitada presidenta del Perú Dina Boluarte surgieron de la Fiscalía. La primera involucra seres humanos fallecidos tras una represión policiaca. La segunda, joyas de alto valor en posesión de la presidenta Dina Boluarte.

Y es la segunda, que involucra la compra de por lo menos un reloj Rolex de lujo valorado en 14 mil dólares y otros hallazgos de joyas de alta gama (como una pulsera Cartier de más de 50 mil dólares y una pulsera de oro modelo Bangle que puede costar hasta 5 mil 235 dólares), tras el allanamiento en su casa de habitación la noche del pasado Viernes Santo, la que podría acercar a Boluarte más a la vacancia que la iniciada en enero del 2023 por “genocidio, homicidio calificado y lesiones graves" por su presunta responsabilidad al declarar toque de emergencia durante unas protestas contra la toma de su gobierno a fines del 2022 que culminaron en 49 muertos.

La segunda pesquisa, que contó con la participación de Harvey Colchado, jefe de la Diviac (División de Investigación de delitos de Alta Complejidad), quien adquirió notoriedad en numerosas investigaciones de alto perfil, incluyendo casos contra ex funcionarios del gobierno y estructuras criminales complejas en el Perú, también podría frustrar sus resultados. Fuentes aseguran que el puesto de Colchado estaría en peligro tras este escándalo. Muchos en redes sociales, que lo descalifican con el término peyorativo “caviar” (una suerte de “marxismo cultural” utilizado por muchos este siglo) y lo quieren fuera de la jugada, también podría fallar. Fuentes indican que la alianza de contrarios en el Congreso con la que, según encuestas serias, la gente no se identifica, busca quedarse hasta 2026.

El escándalo del Caso Rolex empezó con una investigación cuya controversia surgió el pasado 14 de marzo, tras un reportaje periodístico que analizó y reveló miles de fotografías de Boluarte desempeñándose como ministra y, desde el 7 de diciembre de 2022, como jefa de Estado, luciendo sin empacho una amplia colección de relojes, algunos de lujo y no declarados ante el Jurado Nacional de Elecciones. La investigación del Ministerio Público asegura que los Rolex que llevaba la mandataria en esa ocasión fueron identificados por la garantía Datejust 36 de un modelo 12684BRV fabricados el 7 de agosto de 2023 y adquiridos ese día, aunque ella después aseguró que fueron de “antaño” y fruto de sus ahorros.

Las contradicciones se suman a las casualidades en la gestión de Boluarte. Ese mismo 14 de marzo, el gobernador de Ayacucho Wilfredo Oscorima, coleccionista confeso de Rolex quien ha obtenido millonarias transferencias del Ejecutivo a cambio de apoyo político, visitó el despacho presidencial el mismo jueves 14 de marzo. Por supuesto se reunió con Boluarte pero aseguró después que la “beneficiaria” del Rolex que él sí le regaló a alguien, no fue a la presidenta.

Sin embargo, durante el allanamiento a la casa de Boluarte (donde extrañamente ella no estaba a pesar de que, a diferencia de Castillo que solía dormir en Palacio, su costumbre es hacerlo en su casa en el municipio de limeño de Surquillo), el Ministerio Público no encontró el o los relojes. Solo estaba su hijo según la policía y la prensa presente. Pero sí encontraron documentación como prueba de que las joyas no son falsas y fueron compradas en Casa Banchero, que forma parte de los distribuidores oficiales autorizados a vender los Rolex que se precian de serlo.

Todo indica que la compra no fue hecha por Boluarte personalmente, quien tampoco entregó los relojes al Ministerio Público, a pesar de que se le requirió hacerlo.

El tema de los Rolex, que fueron adquiridos en la Casa Banchero, es más llamativo porque la presidenta ha lucido por lo menos dos en sus presentaciones públicas. La Fiscalía halló la tarjeta de identificación, indispensable para identificar su procedencia, pero no el objeto de lujo comprado a inicios de julio 2023, no antes. Y hubo otra feliz -o infeliz- coincidencia. Durante un reportaje reciente, el gobernador de Ayacucho mostró ese reloj, no así el documento de la garantía.

Como dato revelador sobre los antecedentes del gobernador, Oscorima enfrentó acusaciones en el pasado pPresionada por las acusaciones en su contra, información que obviamente llegó a medios internacionales, la mandataria se comprometió a presentarse ante la Fiscalía el 27 de marzo para esclarecer las acusaciones en su contra. “Ya notificada por el Ministerio Público he dirigido a mis abogados al caso. Confrontaré este proceso con la verdad, tanto frente a la autoridad como a todo el país”, aseguró la mandataria ante la prensa.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, en un obvio intento de apoyarla, afirmó que la presidenta no presentaba desbalance patrimonial, que el escándalo es “un distractor político” que “perjudica la estabilidad nacional”. Mas tarde, el recientemente acreditado abogado de la presidenta Mateo Castañeda aseguró a medios que Boluarte había optado por no brindar mayores detalles sobre el caso Rolex. Al parecer, esa ha sido su costumbre sobre este asunto al menos.

De hecho, incluso en sus más recientes palabras el pasado domingo 31, tras el allanamiento a su casa, optó por no dar fecha nueva para presentarse a la Fiscalía personalmente. Su abogado Castañeda sí lo hizo. Aseguró que la mandataria asistirá al Ministerio Público el próximo viernes 5 de abril.or obsequiar relojes valiosos a dos jueces de la Corte Superior de Justicia de Huamanga en Ayacucho, supuestamente a cambio de beneficios. En 2014, el Congreso le abrió una investigación relacionada con posibles conexiones con el narcotráfico. Al año siguiente, se le dictó sentencia por actos de corrupción. Tras estar prófugo durante nueve meses, fue capturado y encarcelado. En mayo de 2017, Oscorima fue puesto en libertad.

Y así, en libertad como está ahora el gobernador de Ayacucho, cuatro días después de su posiblemente más reciente encuentro con Boluarte, y tras el reportaje periodístico sobre los Rolex de la presidenta, el Ministerio Público, con el apoyo de la Diviac, inició pesquisas preliminares sobre el caso alegando que la jefa de Estado parecía no haber informado poseer varios relojes Rolex de lujo y por tanto, habría incurrido en presunto enriquecimiento ilícito.

Presionada por las acusaciones en su contra, información que obviamente llegó a medios internacionales, la mandataria se comprometió a presentarse ante la Fiscalía el 27 de marzo para esclarecer las acusaciones en su contra. “Ya notificada por el Ministerio Público he dirigido a mis abogados al caso. Confrontaré este proceso con la verdad, tanto frente a la autoridad como a todo el país”, aseguró la mandataria ante la prensa.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, en un obvio intento de apoyarla, afirmó que la presidenta no presentaba desbalance patrimonial, que el escándalo es “un distractor político” que “perjudica la estabilidad nacional”. Mas tarde, el recientemente acreditado abogado de la presidenta Mateo Castañeda aseguró a medios que Boluarte había optado por no brindar mayores detalles sobre el caso Rolex. Al parecer, esa ha sido su costumbre sobre este asunto al menos.

De hecho, incluso en sus más recientes palabras el pasado domingo 31, tras el allanamiento a su casa, optó por no dar fecha nueva para presentarse a la Fiscalía personalmente. Su abogado Castañeda sí lo hizo. Aseguró que la mandataria asistirá al Ministerio Público el próximo viernes 5 de abril.

En su discurso del domingo pasado, Boluarte, quien asumió la presidencia en diciembre de 2022 -antes fungió como vice presidenta de Pedro Castillo quien sigue en prisión preventiva por 18 meses por el delito de rebelión y 36 meses por liderar una presunta red criminal en Palacio de Gobierno- denunció el allanamiento de la Fiscalía acusándolo de “acoso sistemático”, una medida “arbitraria, desproporcionada y abusiva”, recordó que es una madre dedicada y comprometida con el pueblo y al final de su discurso, como también es su costumbre, cerró en quechua.

En otro intento de defenderla, uno de sus abogados formuló incluso una pregunta curiosa sobre el origen del reloj. “¿Y qué tal si el reloj es el regalo de un enamorado de la presidenta?”

En caso de ser vacada -cosa que por ahora parece dudosa porque mantiene el amplio apoyo del Congreso- la primera mujer presidenta en la historia del Perú, sería el sexto jefe de Estado, quienes, uno tras otro, han sido destituidos en ese país andino por “capacidad moral permanente”.

“Hoy, una vez mas, la institución presidencial se ve afectada por la falta de una respuesta oportuna, pero también por intereses oscuros que buscan desestabilizar el orden constitucional en nuestro país”, lee el primer párrafo del anuncio de la bancada congresista de mayoría fujimorista. Por su parte, el congresista y almirante retirado José Cueto ha asegurado que las investigaciones sobre la presidenta Boluarte vienen del “eje del mal” que incluye a Rusia, Irán, Cuba y Venezuela.

En tanto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador - quien sigue sin esconder su desprecio por Boluarte a quien considera responsable de la suerte de Castillo, y sigue esperando que surja una “salida democrática”-no aparece como integrante del “eje del mal” pero seguro no le ha llamado la atención el escándalo alrededor de las joyas de Boluarte.

Perú vive quizás el peor momento de su disfuncional democracia. Todo así desde la presidencia de Alberto Fujimori (1990-2000) de hecho. Fuentes de oposición a ese Congreso aseguran que está formado por una alianza entre la derecha y la izquierda que impidió llamar a elecciones tempranas cuando entró Boluarte; así, la presidenta empezó su gestión con el pie izquierdo prisionera de ellos y fácil de ser captiva, según las fuentes.

Quienes se pronuncian en las encuestas del diario La República, que se actualizan todos los meses, parecen vivir en un mundo paralelo. En julio 2023, 80% se pronunciaron por elecciones tempranas; 82% no aprobaron la gestión de Boluarte; 42% opinan que Perú no es una democracia.



MARÍA LOURDES PALLAIS Rolexgate: estabilidad por encima de la ley

El ministro de Economía, José Arista, por ejemplo, condenó el allanamiento a la casa de la presidenta como “un exceso” que pone en riesgo la estabilidad del país andino.


xPrimera versión: los relojes y joyas son artículos de antaño y fruto de un esfuerzo laboral con ahorros. Segunda versión: fueron regalo de un fan. Tercera: son préstamos ya devueltos.

“Debo reconocer que fue una equivocación haber aceptado esos relojes que mi amigo Wilfredo Oscorima, mi wayqui, mi hermano —quizás en el ánimo de querer representar bien a mi país— me los prestara”, es la más reciente explicación de la todavía presidenta del Perú, Dina Boluarte, del pasado 5 de abril ante la Fiscalía, sostenida en su alto cargo por el Congreso y grupos de apoyo que aseguran su vacancia sólo serviría para restarle institucionalidad al país andino.

Primera versión: los relojes y joyas son artículos de antaño y fruto de un esfuerzo laboral con ahorros. Segunda versión: fueron regalo de un fan. Tercera: son préstamos ya devueltos.

“Debo reconocer que fue una equivocación haber aceptado esos relojes que mi amigo Wilfredo Oscorima, mi wayqui, mi hermano —quizás en el ánimo de querer representar bien a mi país— me los prestara”, es la más reciente explicación de la todavía presidenta del Perú, Dina Boluarte, del pasado 5 de abril ante la Fiscalía, sostenida en su alto cargo por el Congreso y grupos de apoyo que aseguran su vacancia sólo serviría para restarle institucionalidad al país andino.

Sus galimatías —que si los Rolex se los regaló Oscorima, gobernador de Ayacucho, para el día de su cumpleaños, o si sólo fueron “un préstamo”, versión que para muchos resulta inverosímil; que si se burla de los peruanos con declaraciones que subestiman a la ciudadanía; que si sus disculpas se las creen poco— no son suficientes para vacarla.

Hay más.

En una entrevista con Canal N, un importante medio local, Graciela Villasís, jefa de la Unidad de Investigación de El Comercio, indicó que estos hallazgos dirigieron a la jefa de Estado a una investigación por delito de lavado de activos: Boluarte “es investigada por el delito de lavado de activos y la misma Unidad de Inteligencia Financiera en su informe señala que toda la información, todos estos movimientos, muestran indicios de lavado de activos”.

Según las pruebas del medio, existen diferencias entre los ingresos conocidos de la mandataria, derivados a su salario como funcionaria pública y la cantidad de dinero que maneja en sus cuentas. Además, se detalla que cuando trabajó en el Registro de Identificación y Estado Civil (Reniec), habría manejado 18 cuentas bancarias en total y realizó, presuntamente, retiros millonarios sin justificación aparente.

En esta investigación se destaca la compra de un vehículo por 26,000 dólares en efectivo, cuando el salario de la presidenta no justificaba aquel gasto en ese año. “Cuando (Boluarte) compra el carro en el 2008, lleva la plata al contado, en un paquete. Señala que el dinero proviene de sus ahorros y algunos préstamos”, indica Villasís.

Todo esto mientras el país se hunde en un franco proceso de degradación política y social, aunque a pesar de ello la presidenta se va a mantener en la fragilidad de su silla hasta 2026, según varios analistas.

“No quiero inestabilidad. No pido impunidad para (Boluarte). Sé que tiene muchas limitaciones, pero tiene la voluntad (de enmendarse)”, en opinión de Diego Bazán, congresista de Avanza País al frente de la Comisión de Ética Parlamentaria y de la Mesa Multipartidaria de Jóvenes Parlamentarios, cuya opinión refleja la de la mayoría de sus pares en el Poder Legislativo.

Hay mucho temor de que el Perú pierda aún más sus limitados estribos democráticos. El pasado 5 de abril, un grupo que respalda su investidura presidencial le pidió a Boluarte evitar que salve al país de convertirse en una nueva Cuba, Venezuela o Nicaragua.

Y es que las posibles repercusiones de la vacancia presidencial —puesto que sí parece estar claro que cometió un delito flagrante de enriquecimiento ilícito según el código 401 del código penal, aunque hayan sido préstamos en el caso de los Rolex—, “dañarían las inversiones”, especialmente considerando que el Perú sería el anfitrión de la reunión de la APEC en noviembre próximo.

Pero todo indica que ni Boluarte ni el Congreso tienen ninguna intención de provocar una vacancia, aunque ambos carecen de un abrumador apoyo popular, sino todo lo contrario. Y hasta hoy al menos, no se ha registrado movilización ciudadana alguna.

En ese sentido, el ministro de Economía, José Arista, por ejemplo, condenó el allanamiento a la casa de la presidenta como “un exceso” que pone en riesgo la estabilidad del país andino y reduce sus posibilidades de convertirse en el centro de grandes inversiones. “Es necesario que se respete el debido proceso”, expresó el funcionario en su cuenta de X.

El sector agrario también se manifestó en contra de todo lo que ponga en riesgo la investidura presidencial de una jefa de Estado que se precia de surgir del llamado “Perú profundo”, quien fuera compañera de fórmula del ahora encarcelado Pedro Castillo. “Apostamos por la gobernabilidad y la democracia, que permiten continuar con el destrabe de proyectos emblemáticos, en beneficio de nuestros hermanos agricultores”, escribió en redes sociales.

Las cosas no son así de claras para todos.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, siempre ha defendido lo que él llama “la presidencia legítima” de Pedro Castillo, pero condena a Boluarte porque, alega, su presidencia no lo es. Todo esto al margen del Rolexgate sobre el que AMLO, hasta ahora, no ha emitido opinión.


https://www.reporteindigo.com/reporte/el-tlatoani-mexiquense-del-siglo-21/

El ‘Tlatoani mexiquense del Siglo 21’

Sus modelos, Álvaro Obregón, Carlos Salinas de Gortari y Napoleón Bonaparte, personajes que han demostrado una legendaria capacidad organizativa.

Es “un obsesivo con la eficiencia y los resultados” cuyo gran objetivo es restaurar, si no la monarquía de Maximiliano, sí “lo ceremonioso”, la “majestad de la Presidencia” priista de antaño, luego de dos sexenios de presidentes panistas desorganizados, sin estrategias claras, sin cuidar la forma.

Así retrata al presidente Enrique Peña Nieto, el analista y académico de Colegio de México Sergio Aguayo Quezada.


Sus modelos, Álvaro Obregón, Carlos Salinas de Gortari y Napoleón Bonaparte, personajes que han demostrado una legendaria capacidad organizativa.

Es “un obsesivo con la eficiencia y los resultados” cuyo gran objetivo es restaurar, si no la monarquía de Maximiliano, sí “lo ceremonioso”, la “majestad de la Presidencia” priista de antaño, luego de dos sexenios de presidentes panistas desorganizados, sin estrategias claras, sin cuidar la forma.

Así retrata al presidente Enrique Peña Nieto, el analista y académico de Colegio de México Sergio Aguayo Quezada.

“En lo que lleva de presidente, Peña Nieto no se ha confrontado directamente con nadie. El quiere poner por encima de todo mundo al presidente…

"En una reciente reunión con los gobernadores para anunciar el plan de seguridad, por ejemplo, para evitar que se pusieran a chatear durante la sesión, ordenó que les quitaran los celulares. 

“Esos son los pequeños detalles que muestran no solo su obsesión con el detalle sino también el que se le respete. Que el tiempo con él lo tienen que dedicar a él”.

¿Qué tanto va a poder? Es imposible predecirlo porque el país está muy cambiado y muy revuelto, reflexiona el analista.

Lo que sí está claro es que la primera meta que se puso, quitarle poder a la Maestra Elba Esther Gordillo, es un “reto personal fuerte para él” porque ella es sin lugar a ninguna duda la mujer políticamente más poderosa de México, “más poderosa incluso que el presidente en muchos sentidos”.

En efecto, ella puede vetar políticas de Estado sobre las que ningún Estado que se respete puede claudicar: la educación.  Y lo ha hecho “de manera muy ostentosa”. Imposible ignorarla, claro. Es más, ella es su objetivo principal.

Por eso, Peña Nieto le dedicó cuatro horas el 7 de diciembre pasado para “darle el lugar que se merece” y discutir con ella el tema de la reforma educativa. 

“En esa lógica, el tiempo que le dedica a cada uno es un indicador de la prioridad que tiene para él”.

La decisión que, junto con su equipo, hizo el presidente de darle prioridad a esta reforma “es un gesto muy planeado, por tanto debe haber una planificación previa muy cuidadosa”.

Y Aguayo opina que si no logra “darle una apretada” a Elba Esther, quitarle un poco –o un mucho- de poder, el presidente “va a perder muy rápido ese halo de Tlatoani mexiquense del Siglo 21”.

En su opinión, hubo un acuerdo con la Maestra en el que ella queda “públicamente doblegada”.

Pero todavía no está claro cuál será el desenlace de lo que, para Aguayo, es un acuerdo pactado de antemano con ella.

“Estamos viendo un forcejeo con La Maestra del cual todavía no sabemos el balance final. Creo que Elba Esther decidió jugársela y ha surgido una resistencia pública para poner contra la pared a Peña Nieto; los partidos políticos van a tener que decidir cuánto se endurecen”.

Aguayo se refiere a los bloqueos que han surgido de los partidos de oposición en lo que respecta a la reforma educativa, una de las leyes estrella del jefe de Estado priista.

Cinturón para otros

La Maestra será la meta más vistosa y la más poderosa, pero también están los gobernadores y presidentes municipales, a quienes Peña Nieto ha logrado, con la aprobación de la ley que controla sus gastos, meter en cintura.

También ellos, junto con las televisoras, son “actores políticos y económicos que se salieron de los límites que les marcan las instituciones” y que un presidente “que se precie” tiene que buscar la forma de controlar.

“Los gobernadores se han convertido en una fuente de inestabilidad económica y financiera muy grande y también de desgobierno político. La pieza maestra del proyecto (de Peña Nieto) fue unir a los tres partidos. A partir de ahí se ha facilitado todo”.

Y las televisoras –Televisa y TV Azteca– que, de acuerdo con Aguayo, “han rebasado los ámbitos de su competencia económica para meterse en la esfera política”, hasta telebancada tienen, también se han convertido en “feudos de poder político que ningún presidente podía tolerar”. 

Menos EPN, quien es muy consciente de que el presidente es Él. Intolerable que otros pretendan compartir ese poder.

Lo faltante en seguridad

Para Aguayo, la nueva estrategia de seguridad “es una mejoría notable” a la pretendida guerra contra el narco de Calderón que a todas luces ha sido un fracaso con más de 70 mil muertos.

Pero hay un elemento que le falta, por lo menos en la versión hasta ahora difundida.

¿Qué hará con Estados Unidos? ¿Habrá “una mayor beligerancia” hacia el vecino del norte que toque “la fibra nacionalista” con solo mencionar la posibilidad de legalizar las drogas?, se pregunta Aguayo.


martes, abril 25, 2023

Lo que Notimex debió ser


Lo que Notimex debió ser

Las mañaneras pueden fácilmente reemplazar a Notimex, porque para López Obrador ninguna información que no sea propaganda por su Gobierno es válida




MARÍA LOURDES PALLAIS
22 ABR 2023 - 04:15 CST
La agencia Notimex, que está a punto de desaparecer por una decisión irresponsable del presidente Andrés Manuel López Obrador —quien habla desde el hígado, sin considerar los procesos legales—, pudo haber sido lo que América Latina siempre ha necesitado. Un medio de información pública con enfoque latinoamericano.
Notimex fue fundada en 1968, cuando México no vivía en democracia y no existía la inmediatez de las redes sociales, pero no por ello hoy, 55 años después, ha perdido su razón de ser. Se trataría de cambiar de tajo su modelo de negocio y su perspectiva informativa. No es tarea fácil, por supuesto y en este momento, la empresa carece de las condiciones para sobrevivir, menos para mejorar la calidad de sus servicios informativos.
Para López Obrador, quien está en campaña desde que llegó a la presidencia, Notimex es un estorbo. Su único interés es que los recursos presupuestales de los medios públicos sean utilizados para que su Cuarta Transformación se mantenga en el poder.
Desde su creación, la agencia funcionó principalmente como vocera del Gobierno. Con altas y bajas en calidad y oportunidad, nunca logró levantarse de sus defectos de origen. Siguió bajo el caudillismo de un sindicato corrupto —cuya potestad llegó al punto de que a veces el líder Conrado García Velasco tenía más poder que el director general de la empresa—, presa de muchos casos de censura e incluso de autocensura.
A pesar de todo ello, hasta hace unos pocos años, su estructura periodística se mantuvo incólume y capaz de mantener su presencia como una agencia con enfoque latinoamericano e incluso con el potencial de destacar por encima del griterío de las redes sociales. Para mediados del siglo pasado, cambiar su nombre (la marca Notimex ya estaba desgastada) habría sido el primer paso para convertirse en una cooperativa de noticias profesional e independiente, sin fines de lucro, con capacidad de contar y ofrecer, en diversos formatos de calidad, las historias de América Latina desde México, así como elaborar trabajos de investigación multimedia tanto en México como en el extranjero.
Pero el México donde nació nunca fue su mejor aliado. Ni antes del caos cibernético ni ahora con la competencia de sus rivales extranjeros que han sabido sobrevivir a nivel global e incluso convertirse en las fuentes de información mayorista preferidas entre nuestros lectores. Me refiero a AFP, EFE, Reuters y por supuesto Associated Press.
Cuando López Obrador, después de más de tres años de ignorar los choques entre la directora Sanjuana Martínez y la reportera Adriana Urrea al frente del sindicato que heredó de García Velasco, anunció que la agencia debía desaparecer, el presidente dejó claro que para él, la información solo es importante mientras salga de su boca, en sus mañaneras. Y más en épocas electorales.
El conflicto rebasó a Martínez y Urrea. Lo de fondo siempre ha sido que al presidente nunca le interesó Notimex. López Obrador siempre ha tenido sus obsesiones y Notimex nunca fue una de ellas, como tampoco son los medios públicos.
Con la desaparición de Notimex, México va a perder la oportunidad de tener una agencia de noticias independiente con una red de corresponsales locales y extranjeros que ofrezcan una visión latinoamericana de las noticias. Y ojo, la agencia también ha sido vital para decenas de medios en provincias sin capacidad económica de contratar corresponsales en la Ciudad de México, en el resto del país y mucho menos en el extranjero. Con Notimex, tenían acceso a información de primera mano sobre los intereses del país dentro y fuera de sus fronteras.
En los años 80, a pesar de ser en ese entonces un medio oficial, durante las guerras en Centroamérica que para México fueron un asunto de seguridad nacional, Notimex estuvo a la vanguardia de la información a nivel global. Tenía un excelente equipo de periodistas cubriendo esas historias y la agencia dejó una huella.
A principios de los años 90, como subdirectora a cargo de los corresponsales en el extranjero, me tocó trabajar con excelentes periodistas como Eduardo Porter, ahora del New York Times; Ricardo Alday, ahora Senior International and Government Relations Consultant en Washington D.C.; Emilio Aliaga, Vicepresidente de Contenido Digital de Univision Communications y muchos otros que hoy suman 20 dispersados por el mundo. Afortunadamente, la mayoría ha logrado ubicarse, con éxito, en otros espacios fuera de México.
Como agencia de gobierno, los recursos económicos entonces llegaban de la Secretaría de la Gobernación y, a pesar de que los despachos de los corresponsales en el extranjero no eran boletines, la percepción de muchos lectores y clientes era que la información era la oficial, no objetiva.
En 2006, la agencia se convirtió en una agencia de Estado. Un año después, fui nombrada directora de noticias internacionales. Según lo que recuerdo, la primera gran diferencia fue que los recursos ya no llegaban de Gobernación sino de Hacienda. El contrato de los corresponsales internacionales siempre fue leonino, pero Gobernación se encargaba de darles bonos y pagarles un viaje a México una vez al año. Bajo Hacienda, todo eso desapareció y encima, era mucho más complicado aprobar presupuestos para coberturas internacionales. En el caso de la censura, solo los profesionales la ignoraron pero los despachos “delicados” en general eran revisados por los directores.
Hoy, bajo el Gobierno personalista de López Obrador, para cerrar la agencia el Congreso tendrá que abrogar la ley que la convirtió en Agencia de Estado, pero el Senado, de mayoría morenista, seguramente no tendrá problema alguno en hacerlo.
La agencia tiene muchos obstáculos y quizás por eso, la mayoría de los opiniólogos mexicanos han optado por ignorar la gravedad del cierre. Como a López Obrador no le interesan los medios públicos, las mañaneras pueden fácilmente reemplazar a Notimex, porque para él, ninguna información que no sea propaganda de su Gobierno es válida.
Notimex, como México, ha cambiado por etapas. Hoy, está a punto de morir de la mano de un presidente muy popular pero, lamentablemente, también muy ignorante en estos temas.

domingo, febrero 05, 2023

López Obrador "se aprovecha" de Castillo, denuncian en Lima




Con la crisis política peruana el presidente mexicano “jala agua para su molino” en su carrera para erigirse como líder de América Latina, adelantando –por ahora– al presidente electo de Brasil, Lula da Silva, advierten políticos y diplomáticos del país andino. En entrevistas con Proceso, aseguran que la crisis diplomática causada por Andrés Manuel López Obrador ha dividido el bloque antes unido en la Alianza del Pacífico, iniciativa de integración regional conformada por Perú, México, Colombia y Chile.

LIMA, Perú (Proceso)— Mientras México se mantenga vivo en la imaginación popular de Perú y en el bolsillo de sus empresarios del sector minero, el “colapso social” de la nación andina –tras un fracasado autogolpe de Estado– servirá de plataforma al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para ganarle a Brasil el liderazgo en América Latina.

Si bien la mayoría en Perú coincide en que el mandatario mexicano se equivoca si piensa que en el depuesto presidente Pedro Castillo descubrió la reencarnación de Emiliano Zapata y Pancho Villa, pocos advierten que López Obrador se ha ubicado, al menos por ahora, por delante del gigante sudamericano en la región, al romper con su bullyíng una larga tradición de respeto hacia los asuntos internos del país andino. 

“Lula (da Silva) debe estar furioso” con su par mexicano porque la polarización, que se ha salido de control en Perú tras la ola de enfrentamientos violentos, con un saldo de unos 30 muertos, ha sido la oportunidad de oro para que López Obrador captara la atención mediática y se proyectara como ‘el defensor’ de un campesino de Cajamarca que llegó a la presidencia por serlo”, asegura Hugo Otero Lanzarotti, comunicador aprista (del partido Aprista Peruano) vinculado al sector de izquierda de ese organismo político.

En Perú la mayoría ha criticado a AMLO por el puesto que parece haberse ganado en América Latina ante los ojos de las clases populares, cuya simpatía se disputa con su colega brasileño Lula. Alberto Otárola, recién nombrado primer ministro del país andino, acaba de pedirle a López Obrador que pare “su incesante intromisión en los asuntos internos de Perú”, solicitud que el mandatario mexicano hasta ahora ha ignorado. Todos le piden lo mismo.

El choque con el gobierno de López Obrador disparó las alarmas en el reciente gobierno de Dina Boluarte y la obligó a crear una suerte de gabinete de crisis de relaciones exteriores. Un grupo de veteranos diplomáticos, que ya ha operado en ocasiones anteriores, al parecer acudió al auxilio de la canciller actual, Ana Cecilia Gervasi –a quien consideran inexperta–, para tripular la nave en el momento de tempestad.

Se trataría del mismo grupo que, en su momento, desbarató los planes de Evo Morales, quien buscaba fundar una confederación andina en Cusco, y de los mismos gestores del Grupo de Lima, conformado por 14 países, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela y Perú, cuya meta es dar seguimiento y acompañar a la oposición venezolana en la búsqueda de una salida pacífica a su crisis interna.

“Nadie entendía por qué López Obrador decía lo que le daba la gana y nadie reaccionaba en Perú”, señala un integrante de ese grupo que parece querer bajarle la dimensión al enfrentamiento actual entre el gobierno peruano y el mexicano, alegando que “no es una crisis diplomática bilateral” –aunque a todas luces lo sea–, de acuerdo con la fuente que solicitó el anonimato.

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2409 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 1 de enero de 2023. 

jueves, febrero 02, 2023

Reflexiones sobre Nicaragua después de 2018 y sobre el asesinato de mi hermano Marcel

 


Muchos de los nicaragüenses que hoy odian todo lo que huele a sandinismo porque lo asocian al ahora gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, poco conocen los detalles de las historias y dramas -heroísmos incluidos- de quienes, como ellos, los críticos de ahora, pelearon con pasión y sin condiciones contra el status quo pre-sandinista, es decir el somocismo.

 

Aquella saga de soñadores empezó a gestionarse el 22 de agosto de 1978, cuando un comando del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) asaltó al Palacio Nacional y secuestró a funcionarios claves del gobierno de Anastasio Somoza Debayle, incluyendo a un primo hermano, Luis Pallais Debayle, hermano menor de mi padre y entonces presidente del Congreso.

 

El FSLN dejó ese día una huella que parecía indeleble en América Latina. Los movimientos insurgentes de carácter social y antimilitar –reprimidos y doblegados tras décadas de lucha con pocos éxitos- no habían tenido una saga parecida. Tras un espectacular tiroteo con la Guardia Nacional, en el que resultaron muertas cuatro personas, los sandinistas exigieron como condición para la liberación de los rehenes la libertad de todos los presos politicos, su traslado por avión a México, Venezuela y Cuba y diez millones de dólares.

 

Lo lograron todo. El mundo entero celebró la gesta. El FSLN había logrado unir a las izquierdas y las derechas del siglo XX.  No fue poca cosa.

 

En Nicaragua por supuesto, el encanto de la mayoría también fue fulminante. Miles, de todos los signos políticos y clases sociales, se unieron a aquel movimiento abrumador liderado por guerrilleros que, tras un pasado marxista, agruparon entonces a casi toda la oposición activa al régimen del entonces odiado dictador Somoza DeBayle, cuyo padre había sido calificado por Estados Unidos como “a son of a bitch but our son of a bitch”.

 

Mi hermano Marcel, militante sandinista e idealista hegeliano de 24 años y sobrino de Anastasio Somoza DeBayle, fue uno de miles que respondieron a aquel llamado de sirena. El encantamiento duró poco. Fue asesinado en Managua el 4 de octubre de 1979 en circunstancias hasta hoy misteriosas.  

 

Yo vivía en Nueva York entonces pero no –como lee un reportaje publicado en Magazine de La Prensa- porque estaba huyendo de la revolución sandinista que triunfó en Nicaragua en 1979. Todo lo contrario. Vivía ahí desde mucho antes porque opté por ser libre de mis ataduras familiares en Nicaragua, las mismas que, en mi opinión, terminaron matando a mi hermano, lo haya asesinado quien haya tenido esa osadía.

 

Porque, como mi hermano –aunque nunca con su entrega-, yo simpatizaba con los sandinistas de entonces. ¿Quién no? Quizás solo los que se refugiaron en Estados Unidos después del llamado triunfo del FSLN en julio de 1979.

 

Los nicaragüenses que hoy odian todo lo que huele a sandinismo porque lo asocian con el ahora gobierno de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, poco conocen los detalles de las historias y dramas -heroísmos incluidos- de quienes, como ellos ahora, pelearon con pasión y sin condiciones contra el status quo pre-sandinista.

 

Aquella saga de soñadores se gestó el 22 de agosto de 1978, cuando un comando del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) asaltó al Palacio Nacional y secuestró a funcionarios claves del gobierno de Anastasio Somoza Debayle, incluyendo a un primo hermano, Luis Pallais Debayle, hermano menoe de mi padre y entonces presidente del Congreso.

 

El FSLN dejó ese día una huella que parecía indeleble en América Latina. Los movimientos insurgentes de carácter social y antimilitar –reprimidos y doblegados tras décadas de lucha con pocos éxitos- no habían tenido una saga parecida. Tras un espectacular tiroteo con la Guardia Nacional, en el que resultaron muertas cuatro personas, los sandinistas exigieron como condición para la liberación de los rehenes la libertad de todos los presos politicos, su traslado por avión a México, Venezuela y Cuba y diez millones de dólares.

 

Lo lograron todo. El mundo entero celebró la gesta. El FSLN había logrado unir a las izquierdas y las derechas del siglo XX.  No fue poca cosa.

 

En Nicaragua por supuesto, el encanto de la mayoría también fue fulminante. Miles, de todos los signos políticos y clases sociales, se unieron a aquel movimiento abrumador liderado por guerrilleros que, tras un pasado marxista, agruparon entonces a casi toda la oposición activa al régimen del entonces odiado dictador Somoza DeBayle, cuyo padre había sido calificado por Estados Unidos como “a son of a bitch but our son of a bitch”.

 

Mi hermano Marcel, militante sandinista e idealista hegeliano de 24 años sobrino de Somoza DeBayle, fue uno miles que respondieron a aquel llamado de sirena. El encantamiento duró poco. Fue asesinado en Managua el 4 de octubre de 1979 en circunstancias hasta hoy misteriosas.  

 

Yo vivía en Nueva York entonces pero no –como lee el reportaje en Magazine de La Prensa- porque estaba huyendo de la revolución sandinista que triunfó en Nicaragua en 1979. Todo lo contrario. Vivía ahí porque opté por ser libre de mis ataduras familiares en Nicaragua, las mismas que, en mi opinión, terminaron matando a mi hermano.

 

Porque, como mi hermano –aunque nunca con su entrega-, yo simpatizaba con los sandinistas de entonces. ¿Quién no? Quizás solo los que se refugiaron en Estados Unidos, incluyendo los familiares cercanos de Somoza Debayle, entre quienes estaba mi propio padre. 

  

Ante la noticia del asesinato de mi hermano, el 5 de Octubre de 1979, viajé a Nicaragua desde Nueva York donde vivía. Lo encontraron muerto, me dijeron –ajusticiado, en un predio en Managua- menos de tres meses después del triunfo de la Revolución Sandinista en la que él creyó y la que apoyó aunque se mantuvo leal a mi padre.

 

Hasta el día de hoy, casi 40 años después, no está claro quién lo asesinó. El dolor que produce no saber quien lo mató lo he superado, hasta cierto punto. Pero mis padres murieron sin saber a ciencia cierta quien fue la mano que le quitó la vida y porqué lo hizo. Claro, ambos tenían  teorías.

 

Mi madre, quien falleció en 2006, nunca se recuperó de esa tragedia. No tengo claro quien fue el responsable para ella, sospecho que culpaba a los “sandinistas”. Lo que sí recuerdo es que cuando llegó a Managua para el funeral, un par de policías jóvenes le demostraron como habían matado a su hijo y ella, no aguantó mas. Y nos tuvimos de que ir de Managua. Todo fue demasiado para ella. Ya había escuchado a Tomas Borge en el entierro de su hijo vociferar: “Marcel fue como una flor limpia en el zacate sucio”.

 

Mi padre, separado de mi madre cuando mataron a Marcel, tampoco superó esa pérdida. Para él, Marcel era un genio, el perfecto, al que debió darle mas atención. Solo le faltó creerlo santo pero no estuvo lejos. Y para él, los sandinistas fueron los responsables de su asesinato, igual que para mi hermano Noel. Solo mi hermana Desirée y yo desconfiamos de las versiones que siempre han circulado.

 

Es decir, no hubo juez ni jurado ni fiscalía encargada de investigar y encontrar al culpable. En la Nicaragua sandinista de entonces luego de su triunfo, la verdad oficial era una. La que circulaba el gobierno. Y era la versión que nosotros los periodistas, citábamos en nuestros despachos.

 

Hoy, el responsable del asesinato de mi hermano sigue siento un misterio. ¿El Chino Negro (versión sandinista)? ¿Un comandante sandinista porque se enteró que Marcel sabía que los sandinistas –no Somoza Debayle- mataron a Pedro Joaquín Chamorro? Nunca lo sabremos a ciencia cierta en mi opinión.

 

Y ese misterio me recuerda a los asesinatos del 2017. Aunque por supuesto, en el caso de los asesinados entonces (las cifras varían), hay evidencia de la CIDH y del GIEI de que la mayoría fueron víctimas de la violencia estatal, policial y/o para militares. El gobierno nicaragüense tiene otros datos que hacen colisión con esos, lo que no sorprende.

 

En el caso del asesinato de mi hermano, la única versión difundida de manera amplia fue la oficinal ---es decir, la del gobierno sandinista.

 

Pero la otra versión –que lo mataron porque había obtenido información de los asesinos de Pedro Joaquín Chamorro, en la que ellos aseguraban que detrás del asesinato estuvo la mano sandinista- es la que los que desconfían de los sandinistas sostienen. Era la versión que defendió mi padre hasta su muerte.

 

Pienso que los nicaraguenses deben de exigir –instaurar, promover, crear- un poder judicial, un sistema legal independiente, soberano, no partidista que NO permita mas impunidad.  Una comisión de la verdad urge. Que no haya más asesinatos que queden en el misterio. Que eso sea cosa del pasado. Y esa es una asignatura pendiente para cerrar heridas aún abiertas.

 

 

 

 

 

 

En Nicaragua por supuesto, el encanto de la mayoría también fue fulminante. Miles, de todos los signos políticos y clases sociales, se unieron a aquel movimiento abrumador liderado por guerrilleros que, tras un pasado marxista, agruparon entonces a casi toda la oposición activa al régimen del entonces odiado dictador Somoza DeBayle, cuyo padre había sido calificado por Estados Unidos como “a son of a bitch but our son of a bitch”.

 

Mi hermano Marcel, militante sandinista e idealista hegeliano de 24 años sobrino de Somoza DeBayle, fue uno miles que respondieron a aquel llamado de sirena. El encantamiento duró poco. Fue asesinado en Managua el 4 de octubre de 1979 en circunstancias hasta hoy misteriosas.  

 

Yo vivía en Nueva York entonces pero no –como lee el reportaje en Magazine de La Prensa- porque estaba huyendo de la revolución sandinista que triunfó en Nicaragua en 1979. Todo lo contrario. Vivía ahí porque opté por ser libre de mis ataduras familiares en Nicaragua, las mismas que, en mi opinión, terminaron matando a mi hermano.

 

Porque, como mi hermano –aunque nunca con su entrega-, yo simpatizaba con los sandinistas de entonces. ¿Quién no? Quizás solo los que se refugiaron en Estados Unidos, incluyendo los familiares cercanos de Somoza Debayle, entre quienes estaba mi propio padre. 

  

Ante la noticia del asesinato de mi hermano, el 5 de Octubre de 1979, viajé a Nicaragua desde Nueva York donde vivía. Lo encontraron muerto, me dijeron –ajusticiado, en un predio en Managua- menos de tres meses después del triunfo de la Revolución Sandinista en la que él creyó y la que apoyó aunque se mantuvo leal a mi padre.

 

Hasta el día de hoy, casi 40 años después, no está claro quién lo asesinó. El dolor que produce no saber quien lo mató lo he superado, hasta cierto punto. Pero mis padres murieron sin saber a ciencia cierta quien fue la mano que le quitó la vida y porqué lo hizo. Claro, ambos tenían  teorías.

 

Mi madre, quien falleció en 2006, nunca se recuperó de esa tragedia. No tengo claro quien fue el responsable para ella, sospecho que culpaba a los “sandinistas”. Lo que sí recuerdo es que cuando llegó a Managua para el funeral, un par de policías jóvenes le demostraron como habían matado a su hijo y ella, no aguantó mas. Y nos tuvimos de que ir de Managua. Todo fue demasiado para ella. Ya había escuchado a Tomas Borge en el entierro de su hijo vociferar: “Marcel fue como una flor limpia en el zacate sucio”.

 

Mi padre, separado de mi madre cuando mataron a Marcel, tampoco superó esa pérdida. Para él, Marcel era un genio, el perfecto, al que debió darle mas atención. Solo le faltó creerlo santo pero no estuvo lejos. Y para él, los sandinistas fueron los responsables de su asesinato, igual que para mi hermano Noel. Solo mi hermana Desirée y yo desconfiamos de las versiones que siempre han circulado.

 

Es decir, no hubo juez ni jurado ni fiscalía encargada de investigar y encontrar al culpable. En la Nicaragua sandinista de entonces luego de su triunfo, la verdad oficial era una. La que circulaba el gobierno. Y era la versión que nosotros los periodistas, citábamos en nuestros despachos.

 

Hoy, el responsable del asesinato de mi hermano sigue siento un misterio. ¿El Chino Negro (versión sandinista)? ¿Un comandante sandinista porque se enteró que Marcel sabía que los sandinistas –no Somoza Debayle- mataron a Pedro Joaquín Chamorro? Nunca lo sabremos a ciencia cierta en mi opinión.

 

Y ese misterio me recuerda a los asesinatos del 2017. Aunque por supuesto, en el caso de los asesinados entonces (las cifras varían), hay evidencia de la CIDH y del GIEI de que la mayoría fueron víctimas de la violencia estatal, policial y/o para militares. El gobierno nicaragüense tiene otros datos que hacen colisión con esos, lo que no sorprende.

 

En el caso del asesinato de mi hermano, la única versión difundida de manera amplia fue la oficinal ---es decir, la del gobierno sandinista.

 

Pero la otra versión –que lo mataron porque había obtenido información de los asesinos de Pedro Joaquín Chamorro, en la que ellos aseguraban que detrás del asesinato estuvo la mano sandinista- es la que los que desconfían de los sandinistas sostienen. Era la versión que defendió mi padre hasta su muerte.

 

Pienso que los nicaraguenses deben de exigir –instaurar, promover, crear- un poder judicial, un sistema legal independiente, soberano, no partidista que NO permita mas impunidad.  Una comisión de la verdad urge. Que no haya más asesinatos que queden en el misterio. Que eso sea cosa del pasado. Y esa es una asignatura pendiente para cerrar heridas aún abiertas.

 

 incluyendo los familiares cercanos de Somoza Debayle, entre quienes estaba mi propio padre. 

  

Ante la noticia del asesinato de mi hermano, el 5 de Octubre de 1979, viajé a Nicaragua desde Nueva York donde vivía. Lo encontraron muerto, me dijeron –ajusticiado, en un predio en Managua- menos de tres meses después del triunfo de la Revolución Sandinista en la que él creyó y la que apoyó aunque se mantuvo leal a mi padre.

 

Hasta el día de hoy, casi 40 años después, no está claro quién lo asesinó. El dolor que produce no saber quien lo mató lo he superado, hasta cierto punto. Pero mis padres murieron sin saber a ciencia cierta quien fue la mano que le quitó la vida y porqué lo hizo. Claro, ambos tenían  teorías.

 

Mi madre, quien falleció en 2006, nunca se recuperó de esa tragedia. No tengo claro quien fue el responsable para ella, sospecho que culpaba a los “sandinistas”. Lo que sí recuerdo es que cuando llegó a Managua para el funeral, un par de policías jóvenes le demostraron como habían matado a su hijo y ella, no aguantó mas. Y nos tuvimos de que ir de Managua. Todo fue demasiado para ella. Ya había escuchado a Tomas Borge en el entierro de su hijo vociferar: “Marcel fue como una flor limpia en el zacate sucio”.

 

Mi padre, separado de mi madre cuando mataron a Marcel, tampoco superó esa pérdida. Para él, Marcel era un genio, el perfecto, al que debió darle mas atención. Solo le faltó creerlo santo pero no estuvo lejos. Y para él, los sandinistas fueron los responsables de su asesinato, igual que para mi hermano Noel. Solo mi hermana Desirée y yo desconfiamos de las versiones que siempre han circulado.

 

Es decir, no hubo juez ni jurado ni fiscalía encargada de investigar y encontrar al culpable. En la Nicaragua sandinista de entonces luego de su triunfo, la verdad oficial era una. La que circulaba el gobierno. Y era la versión que nosotros los periodistas, citábamos en nuestros despachos.

 

Hoy, el responsable del asesinato de mi hermano sigue siento un misterio. ¿El Chino Negro (versión sandinista)? ¿Un comandante sandinista porque se enteró que Marcel sabía que los sandinistas –no Somoza Debayle- mataron a Pedro Joaquín Chamorro? Nunca lo sabremos a ciencia cierta en mi opinión.

 

Y ese misterio me recuerda a los asesinatos del 2017. Aunque por supuesto, en el caso de los asesinados entonces (las cifras varían), hay evidencia de la CIDH y del GIEI de que la mayoría fueron víctimas de la violencia estatal, policial y/o para militares. El gobierno nicaragüense tiene otros datos que hacen colisión con esos, lo que no sorprende.

 

En el caso del asesinato de mi hermano, la única versión difundida de manera amplia fue la oficinal ---es decir, la del gobierno sandinista.

 

Pero la otra versión –que lo mataron porque había obtenido información de los asesinos de Pedro Joaquín Chamorro, en la que ellos aseguraban que detrás del asesinato estuvo la mano sandinista- es la que los que desconfían de los sandinistas sostienen. Era la versión que defendió mi padre hasta su muerte.

 

Pienso que los nicaraguenses deben de exigir –instaurar, promover, crear- un poder judicial, un sistema legal independiente, soberano, no partidista que NO permita mas impunidad.  Una comisión de la verdad urge. Que no haya más asesinatos que queden en el misterio. Que eso sea cosa del pasado. Y esa es una asignatura pendiente para cerrar heridas aún abiertas.