lunes, junio 06, 2011

La izquierda regresa al poder en el Perú


Es un hecho.

Aunque Keiko Fujimori, de Fuerza 2011, aún no acepta oficialmente su derrota, Ollanta Humala, el líder de Gana Perú, es el virtual presidente electo en el Perú, según el último reporte de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales). Con el 89.802% de las actas contabilizadas, Ollanta logra el 51.365% y Keiko alcanza el 48.635% de los votos válidos.

Y mientras la bolsa cierra por hoy, el país aguarda sereno, al menos por ahora.

Luego de encabezar una activa campaña internacional contra la hija de su rival Alberto Fujimori (ante quien perdió en 1990), el Premio Nobel Mario Vargas Llosa asegura que su papel ya acabó y le da un voto de confianza a Ollanta, a quien apoyó contra todas las predicciones. Hay quienes dicen que ese apoyo le costó la poca credibilidad política que le quedaba.

Pero enfin, ya es Nobel y eso le debe importar poco al autor de Conversación en la Catedral.

Habla su hijo Alvaro: “Lo que se ha logrado hoy (ayer) es una gran hazaña. Hace cuatro semanas las fuerzas democráticas parecían arrinconadas por la mafia, pero luego, gracias a la hazaña de estas mismas fuerzas, de los jóvenes que demostraron que hay una reserva moral, los intelectuales y algunos políticos; se venció el miedo”, señala desde su residencia en Washington. “Como voté aquí en la primera vuelta tenía que regresar, porque yo quería votar”.

La neta, como se dice en México, es que, a partir de los resultados electorales que indican la victoria de Ollanta Humala, queda claro que “el Perú no es Lima” y que hoy ganó ese Perú "profundo" tan lejano de la capital. En realidad, siempre supimos que el Perú nunca fue Lima, pero hoy está clarísimo.

Y hay muchos, demasiados, que prefieren expresar esa claridad por medio del racismo. "Vergüenza democrática”, en la mula.pe, presenta un conjunto penoso, pero real, de las muestras de discriminación que rebotan en las redes sociales. Los que votaron por Humala son "ignorantes, pobres, resentidos, cholos de mierda"; raza que “debió ser eliminada por los españoles durante la conquista” (sic), analfabetos, etc. Y luego los calificativos al ex Presidente Alejandro Toledo como "un serrano de mierda" y Mario Vargas Llosa como “solo un premio nobel”, entre otras perlas.

Racismo profundo contra el Perú profundo. La victoria de Ollanta es la mejor evidencia de que Lima , y su Palacio de Gobierno, ya no puede seguir viviendo de espaldas al país. Y el crecimiento económico debe empezar a "chorrear" hacia abajo para que siga teniendo sentido si es que se trata de que gane el Perú.

Aunque es cierto que Humala hizo una excelente campaña y no parece tan tonto como para no saberse adaptar a las condiciones que lo llevaron a la victoria, es un hecho también que su opción, la no negociable, son esos millones de pobres del país andino. Los programas sociales son su prioridad.

Su izquierda será moderada y él ya no será el radical de la primera vuelta o de hace cinco años, pero las expectativas al interior del país son muchas y concretas. Será más Lula que Chávez, pero será también mucho más Velasco que Belaúnde.

A partir del 28 de julio tiene la palabra Ollanta. Antes, escucharemos nombres y más nombres. Pero la última palabra la tendrá él. Eso también debe quedarnos claro.