martes, agosto 23, 2011

LA ESQUINA INTERNACIONAL: En Noruega, “lo peor que puede pasar, ya pasó”













El 28 de febrero de 1986, el Primer Ministro sueco Olof Palme fue asesinado por un desconocido mientras paseaba en compañía de su esposa a la salida de un cine. El crimen nunca fue resuelto, convirtiéndose para Suecia en el “enigma del siglo XX”. El caso prescribió el pasado 28 de febrero.

Por coincidencia del destino, una tragedia de mayores dimensiones azota a la vecina Noruega justo cuando se cumple un cuarto de siglo del asesinato de Palme, hecho que, según la mayoría, “despertó” a Suecia de su naiveté.

El pasado 22 de julio de este año, en Oslo y la vecina isla de Utoya, más de 90 personas murieron en un doble atentado perpetrado por Anders Behring Breivikn, un noruego de 32 años de tendencia ultraderechista, identificado como "fundamentalista cristiano" e "islamofóbo".

En ambos casos, el blanco ha sido, sin duda, la Socialdemocracia escandinava.

Si Suecia perdió su inocencia en el invierno de 1986 con el asesinato de Palme, la vecina Noruega hizo lo propio hace un mes, a manos de un “terrorista solitario” autoproclamado “templario” de una nueva “guerra santa”, haya actuado sólo o no.

“Para nosotros, (la masacre) es como un despertar ante el hecho de que este tipo de barbaridad no sólo pasa en países tradicionalmente conflictivos, sino también aquí mismo, en casa (…) Ninguna sociedad es inmune a la maldad”, confiesa a Quadratín, con dolor, Lavinia Belli, una maestra de español residente en Oslo desde hace casi una década.

“Ya no podremos decir que éste es el país en el que ‘nunca pasa nada’, pues lo peor que puede pasar, ya pasó. Se ha perdido algo de la inocencia y se nos ha hecho ver que aún en una de las sociedades más avanzadas del mundo, hay sitio para la maldad pura y dura”, reflexiona Lavinia, madre de tres adolescentes.

A un mes de los atentados, las familias de las víctimas podrán visitar por primera vez la isla de Utoya para recordar a sus muertos, enfrentarse a lo ocurrido en la masacre contra el campamento de verano sueco.

Sí, los familiares de las víctimas podrán pasear por la isla para ver dónde perdieron la vida sus seres queridos. Se espera que acudan unos mil 300 familiares, que serán trasladados en un ferry y un barco militar, acompañados de médicos, policías y voluntarios de la Cruz Roja, a una ceremonia fúnebre, parte del luto “digno” que se ha decretado en el país.

Para este domingo 21, está prevista una ceremonia en Oslo con representantes del gobierno, de la Casa Real Noruega, los familiares de las víctimas, así como con los supervivientes y las fuerzas de rescate.

En aquella parte del mundo que en México poco conocemos (y menos aún entendemos), donde la vida se recupera poco a poco del trauma que sigue fresco en las flores que deja la gente ante el Parlamento --o cerca de la zona cero en reconstrucción--, lo importante es que todo siga “en calma y en orden”.

Pero, sin duda, en Noruega algo ha cambiado. “Es nuestro Olof Palme”, dicen algunos. “Perdimos la inocencia”, repiten otros. “Las familias y los amigos de las víctimas están marcados para siempre y seguramente todo el país va a recordar esta fecha por mucho, mucho, tiempo”, relata Lavinia.

A pesar de las cicatrices que el doble atentado del 22 de julio pasado han dejado en todos, sin saber todavía bien a bien quién es el tal Breivik, Noruega quiere renacer de las cenizas. Porque, aunque lleva ya el sello de la “Scarlet Letter”, sus muertos no han logrado sepultar al país de los vikingos invencibles.

Tercos, convencidos que su sistema de gobierno es el mejor del mundo, el más humano, los noruegos se mantienen unidos, confiados que la justicia resolverá. Quizás por eso “no ha habido debate sobre armar a la policía; no se han reforzado medidas de seguridad; ni se ha pensado en restringir la entrada de inmigrantes; ni cambiar un ápice las políticas que favorecen la multiculturalidad en la sociedad. La normalidad dentro del duelo colectivo, es total”, nos cuenta Lavinia.

¿Y el castigo al autor confeso de los crímenes, un fundamentalista cristiano de 32 años?

“La verdad es que se habla poco del castigo que seguramente le va a caer (…) Pero no se habla de venganza ni de darle un castigo excepcional. Hay que aplicar la ley con rigor. Claro, la gente espera que le caiga la condena más dura, unos 30 años...”.

Esta tragedia nacional, la peor desde la segunda guerra mundial en el país que otorga el Premio Nobel de la Paz, ha sido un ataque frontal a los valores que han hecho de la sociedad noruega una comunidad abierta, tolerante, pacífica –el mejor país del mundo para vivir, según la ONU.

Pero el asunto no termina ahí. La masacre en el país nórdico preocupa a otros países de Europa Occidental; es un foco rojo que refleja el crecimiento de la extrema derecha, alimentado por una mezcla tóxica de intolerancia antiislámica y antiinmigratoria y por la profunda crisis económica que atraviesa el Viejo Continente.

miércoles, agosto 10, 2011













El dominó de protestas cívicas de jóvenes ya nos llegó. Empezó en Túnez; continuó en el Medio Oriente; hoy arrasa en Libia, Siria, Yemen, Inglaterra; y (ya era hora), parece haberse extendido en América Latina: específicamente hacia Chile y Honduras…por ahora.

En ambos países se quejan de lo mismo: quieren reformas a las leyes que rigen la educación para poder acceder a las aulas de manera gratuita. Levantan la mano con furia antes de convertirse en estadísticas, como desempleados.

También comparten con sus contemporáneos en otras latitudes lo mismo: la desesperanza, la falta de fe en el futuro, el descrédito hacia los políticos que los gobiernan.

Dos intelectuales interpretan la gesta de los jóvenes en nuestro continente:

En Honduras, Juan Almendares –investigador y defensor de los derechos humanos– asegura que los jóvenes defienden “la educación como un derecho humano, planetario y el verdadero camino hacia la transformación real de las condiciones injustas desiguales y violadoras del derecho a la vida, la dignidad y soberanía histórica de nuestros pueblos”.

En Chile, Jaime Massardo –académico de la Universidad de Valparaíso– reflexiona que las protestas expresan el “rechazo al proyecto de reforma educacional propuesto por el actual gobierno, mostrando a la sociedad chilena que ésta no satisface las necesidades de educación científica, tecnológica, artística y humanista”.

Pero, por lo menos hasta ahora y de manera pública, ningún joven ha surgido como líder de las protestas en Chile o en Honduras. Ni tampoco se sabe que las redes sociales hayan sido parte de la estrategia de las protestas en esos países.

¿Cuánto falta para que en América Latina los mayores dejen de hablar por los jóvenes y para que las redes sociales les permitan una rápida capacidad de organización y, eventualmente, sean parte de su realidad cotidiana, como lo fueron en Libia por ejemplo?

Seguramente poco tiempo para lo primero y un poco más para lo segundo. Habría que estar bien atentos…

Lo ideal sería que –al margen de que en Chile, las protestas acabaron en disturbios con 396 detenidos y 78 lesionados – ni en ese país sudamericano ni en Honduras sigan el ejemplo de sus contemporáneos en Londres, donde la violencia parece ser resultado de un intento casi nihilista, centrada en el pillaje y en un rápido estallido del tipo de publicidad y poder que ellos sienten que se les ha negado durante años.

Porque, tanto en Yemen y en Siria, como en Honduras y en Chile, todos los que protestan son jóvenes, sin oportunidades ni futuro, hartos del sistema y sin sueños por realizar.

¿Suena familiar? Lo es. Agravios similares ayudaron a encender disturbios en el París de 1968 y más tarde en sus suburbios marginales en 2005; fueron la mecha de las revueltas en las ciudades pobres de Sudáfrica y otras protestas urbanas ocasionales del siglo pasado, desde China hasta América Latina (sí, aquí también las tuvimos, en los 70s, los 80s, cuando éramos jóvenes…)

Pero hoy en día, dos dinámicas se han convertido en poderosos aceleradores: los cambios económicos que agravan las dificultades existentes desde aquellos tumultuosos años del siglo pasado y –aunque todavía no en nuestro continente– el surgimiento de las redes sociales que permiten una rápida organización poniendo a las autoridades a la defensiva.

Hold on folks, porque Facebook no hace sino crecer!

PD. Agrego un comentario de un lector que corrige un dato sobre las protestas en Chile: Muy buen artículo, totalmente de acuerdo respecto que esta “ola” de protestas sociales recién comienza en nuestra región. Efectivamente tenemos jóvenes sin esperanza, que viven en un ambiente de gran desigualdad social y que no tienen sintonía con la política, tanto así que en Chile no se inscriben en los registros electorales y, por ende, no votan en las elecciones. Es decir, no participan de la única forma de hacer cambios que existe en democracia.
Sólo te realizo algunos apuntes en lo que respecta a la realidad en Chile.
Acá las protestas estudiantiles están lideradas por dos jóvenes, ambos presidentes de las federaciones de estudiantes de las dos principales universidades de este país: Camila Vallejo, militante comunista de 23 años, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, y Giorgio Jackson, de izquierda, presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ambos han encabezado todas las convocatorias y han sido los voceros del movimiento estudiantil. En esta dupla destaca Camila, que ha sido invitada a todos los programas periodísticos de televisión para hablar del paro y que se perfila como una nueva líder del comunismo chileno, que renovará los viejos cuadros y de seguro seguirá en política. Acá dejo un artículo de la BBC (http://www.theclinic.cl/2011/07/07/asi-ve-la-bbc-a-camila-vallejo/)
Jackson, si bien también tiene un perfil público y comparte la vocería del movimiento, se ve opacado por la figura de Camila ya que todas las miradas están sobre ella, al punto que ya tiene guardaespaldas en las marchas debido a amenazas de muerte y a la gran atracción que existe sobre su figura: todos los jóvenes quieren fotos con Camila para publicarlas en Facebook.
Por último, las redes sociales, en particular Facebook y Twitter, han sido fundamentales en las convocatorias a marchas, algunas de las cuales han superado las 100 mil personas sólo en Santiago. En ambos sitios se publican lugares, horas y algunas particularidades, como por ejemplo ir disfrazados a la manifestación o marchar por la Alameda pese a la prohibición de las autoridades.
En Chile se dice que la actual generación es la de los “jóvenes sin miedo”, aquella que no vivió en carne propia los horrores y la represión de la dictadura de Augusto Pinochet y que está dispuesta a todo con tal de conseguir la educación gratuita y el fin al lucro en el sector. No tienen miedo a la represión policial ni tampoco a perder el año escolar porque tienen conciencia que pueden hacer historia. Veremos en los próximos días lo que ocurre.

lunes, agosto 01, 2011

México y Colombia: Hermanos



LA ESQUINA INTERNACIONAL: Colombia y México, hermanos
María Lourdes Pallais
01.08.2011 22:41

María Lourdes Pallais

Colombia estará volteada hacia China para abril del 2012, cuando el presidente Barack Obama llegue al país sudamericano a la Cumbre de las Américas (http://t.co/OSWNfC9), pero la prioridad de Juan Manuel Santos seguirá siendo consolidar la relación de su país (sí, histórica pero no siempre fluida) con México, su mejor y más cercano amigo en América Latina.

Y si bien la relación entre México y Colombia ha sido de largo andar, en la actualidad (sin Uribe pero aún con Calderón) vive un vínculo de hermandad sin precedentes, casi como hermanos siameses: en común tienen la lucha contra el crimen organizado, el comercio, un nuevo tratado de extradición (que contradice al anterior que impedía ese acuerdo) y por supuesto, el liderazgo en el continente.

Porque unidos Colombia y México quieren --y a lo mejor hasta lo logren-- meterle un gol a Brasil, país que se perfila, sin lugar a ninguna duda, como el “Big Daddy” en tierras latinoamericanas, incluyendo por supuesto los países de UNASUR.

Aunque Luis Ortiz Monasterio, ex embajador de México en Colombia y experto en estos temas, asegura que sí, que por favor: que se trata de la “Edad de Oro” entre México y Colombia: ¡quién lo duda!; un momento donde ambos, juntos, podrán ejercer un liderazgo sin precedentes en la historia de la región, porque, ojo -–no se lo pierdan--: hoy en día ya no hay competencia entre los hermanos latinoamericanos.

Bueno, Ortiz Monasterio no habló de hermanos latinoamericanos. Eso es de mi cosecha. Habló de no competencia, de jugar en equipo, como en el fútbol.

Colombia --dijo convencido el ahora director de la CNDH por el hilo telefónico a Quadratín-- y su presidente Santos “han encontrado un ámbito de acción para convertirse en una potencia, como le corresponde, con el liderazgo que tiene en UNASUR”.

Es cierto que el país sudamericano, como Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, está ubicado “en el centro delantero”, pero –una vez más, ojo--- su liderazgo “tiene una identidad común con México donde, con los países de Centroamérica, ambos estamos hechos para trabajar como equipo”, agregó.

Y continuó Ortiz Monasterio: “La madurez de los latinoamericanos incluye, hoy por hoy, que le pasamos la responsabilidad a quien tiene una mejor ´bola´ en diferentes ángulos. Le pasamos la ´bola´ a quien esté mejor ubicado para meter un gol. La época de la competencia entre nosotros ya murió”.

Al margen del refrescante optimismo del ex diplomático, en el caso de comercio y seguridad, en América Latina al menos, sin duda, la bola está del lado de México y de Colombia, que están en la actualidad convencidos de que sólo con su experiencia común podrán (deberían, en todo caso) apoyar a los países –que, Dios nos libre hacerlo ahora, pero que antes llamábamos, el “patio trasero” de México—: del Istmo Centroamericano, incluyendo El Caribe --no sólo el de habla hispana, sino también el Anglófono y Francófono.

Vamos, la conclusión es algo así como que Colombia es el puente global y México, el segundo piso.

Un Plus para los aficionados del fútbol

En la conferencia conjunta de Calderón y Santos ayer lunes --primer día de la visita de Estado del mandatario colombiano a tierras aztecas--, ambos celebraron el triunfo de Colombia 4-1 contra Francia.

Santos se atrevió a decir que cuando al equipo de su país le toque jugar contra México, “tendrá que partir cobija” (o sea, divorciarse civilizadamente, en buen plan). Y Calderón, muy en su papel de no nunca, cómo crees, si somos hermanos, interrumpió: “todos los goles serán contra Francia”.