viernes, noviembre 11, 2011

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Daniel Ortega Saavedra: de revolucionario a dictador



La Esquina Internacional
María Lourdes Pallais 11.11.2011 09:14
Daniel Ortega de Nicaragua, de revolucionario a dictador

Por María Lourdes Pallais

A partir de enero del 2012, el otrora revolucionario izquierdista Daniel Ortega deja de ser presidente legítimo de Nicaragua para convertirse en dictador: por haberse impuesto como candidato a pesar de que la constitución se lo prohíbe, por haber inflado los porcentajes de su victoria electoral del pasado domingo 6 de noviembre y por haber encabezado un masivo fraude.

Así lo cree la oposición que ha rechazado los resultados denunciando irregularidades, favoritismos, quema de papeletas, abuso policial, proselitismo ilegal a favor del oficialismo y conteo de votos sin presencia de sus fiscales.

Pero el de facto Consejo Supremo Electoral (CSE) ya dictó sentencia: Ortega es el vencedor indiscutible con un 62.65% de los votos válidamente emitidos, una cantidad inverosímil si se tiene en cuenta que todas las encuestas le daban la victoria con un máximo de 48% y que históricamente, el techo electoral sandinista no ha subido de 38% (acostumbraba hacer alianzas para ganar elecciones).

Al margen de las graves anomalías --la distribución desigual de los miembros de las juntas receptoras de votos a favor del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN); la introducción de un nuevo procedimiento de fiscales que complicó la acreditación para el principal partido opositor; la falta de observadores nacionales; la no entrega de cédulas para los ciudadanos; un proceso de verificación que duró sólo un día y que en el pasado duraba más; juntas que tenían más votantes de los registrados-- Ortega probablemente hubiera ganado, le guste o no a la oposición.

Y es que Ortega tiene la sartén por el mango, y el mango también. Los programas sociales de su gobierno, financiados con la ayuda multimillonaria (que ha sido privatizada en Nicaragua) de Hugo Chávez, han logrado mejorar las condiciones de vida de los más pobres. El país centroamericano no solamente sobrevivió la crisis financiera mundial sino que, además, su economía creció un 4% y las inversiones extranjeras han aumentado. El FMI está contento. En esta ocasión, los pobres y los ricos han hecho causa común.

Casi sin excepción, todos coinciden que no había necesidad de inflar el número de votantes a favor del FSLN. Aunque a lo mejor sí. Igual, alegan algunos seguidores del actual partido, la oposición hubiera armado la de San Quintín. Y una cosa es ganar con un 45% y otra, con un 62%.

Pero –regresamos a lo mismo-- como las elecciones estuvieron plagadas de irregularidades, pocos se creen los resultados, dentro y fuera de Nicaragua.

Hay denuncias del fraude urbis et orbe en las redes sociales. Para muestra un botón. La Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia está recolectando firmas para pedirle al presidente Barack Obama que desconozca a Ortega como ganador. http://actuable.es/peticiones/gobiernos-y-organizaciones-reconocer-y-denunciar-fraude

Además, las misiones observadoras de la Unión Europea (UE) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) han denunciado graves dificultades para ingresar a las mesas electorales a realizar las observaciones pertinentes así como la carencia de condiciones adecuadas para llevar a cabo su trabajo, entre otras cosas. Y, tanto los observadores nacionales “Hagamos Democracia”, “Ética y Transparencia” y “Movimiento por Nicaragua”, como medios de comunicación nicaragüenses --la Prensa y el Nuevo Diario-- han dado cuenta de denuncias de todo tipo --quema de papeletas, abuso policial, proselitismo ilegal del oficialismo y conteo de votos sin presencia de fiscales de la oposición, por mencionar algunos.

Dos cosas están claras por ahora: Ortega enfrentará la poca legitimidad de su victoria y Nicaragua, un futuro sin democracia ante un proyecto autoritario ganador. Porque siendo optimistas, esperamos que la violencia post electoral (que hasta ahora ha dejado seis muertos y 50 policías heridos en enfrentamientos entre el oficialismo y la oposición) no suba de tono.

En realidad, como bien dice el escritor y ex vicepresidente sandinista Sergio Ramírez, en estas elecciones perdió la democracia-- en la que por cierto ni Ortega ni su esposa y mano derecha Rosario Murrillo realmente creen. Cierto, desde 1984 han jugado ese papel --aunque mal-- porque no les ha quedado otra opción. Es más fácil esquivar denuncias de fraude --por graves que éstas sean, son difíciles de probar-- que intervenciones extranjeras y rechazo de los grandes capitales.

Hoy por hoy, la pareja presidencial tiene lo que realmente buscaba: un proyecto dictatorial victorioso con mayoría en la Asamblea --sin necesidad de alcanzar acuerdos con la oposición, le permitirá reformar la constitución y perpetuarse en el poder “victoria tras victoria, de la mano de Dios”, como anunció Murrillo, muy devota, al conocer los resultados del domingo pasado.

No será tarea fácil evitar que se consolide una dictadura de nuevo cuño que --al igual que la dinastía Somoza durante casi medio siglo-- ha logrado cultivar buenas relaciones con los ricos, fuera y dentro del país, con los jóvenes, con la iglesia y con las clases menos favorecidas. Hará falta nuevo liderazgo y hasta otra revolución, también de nuevo cuño.

lunes, octubre 31, 2011

Venezuela's Vanishing Billions









Nearly $30 billion is missing from a Venezuelan national development fund controlled by President Hugo Chávez, who appears to have diverted some of the missing money to his political allies in other countries, while much of the rest remains unaccounted for.
The money came from a $69.4 billion fund for development aid, known as Fonden, which is designed to take public money, largely from Venezuela’s state-run oil company and its Central Bank, and use it on domestic development projects such as highways, schools, factories and hospitals.
For years in Venezuela, critics of the president have nicknamed Fonden “Chávez’s slush fund.” Information only now becoming public shows that is not far off the mark: El Fondo de Desarrollo Nacional, as it is formally known, operates outside the Venezuelan National Assembly’s budget process and largely beyond public scrutiny, answerable only to a board of directors and to Chávez himself.
While it was long known that Chávez’s fingers were close to Fonden, the first accurate accounting of the amount missing – measured in the billions – came to light in August, after a Venezuelan lawmaker, Carlos Ramos, managed to obtain from the Venezuelan Finance Ministry a comprehensive list of Fonden projects and, separately, a breakdown of contributions to the fund and allocations over the years.
A comparison of the two documents uncovered a gaping $29 billion shortfall between the money allocated for projects, and the actual projects on record.
After studying the accounts with a “fine tooth comb,” Russ Dallen, head of Caracas capital markets for BBO investment bank, wrote in a recent newsletter that his firm had discovered that $28.5 billion was missing from some $69.45 billion the Latin American oil-rich country had allocated to 140 projects through Fonden.
Chávez established Fonden with initial funding of $6 million in oil revenues, as a private company under direct control of the executive branch. Fonden’s mission was to finance national investments in education, health, agriculture and “any other project that needs funding in the opinion of [Fonden’s] Board, upon approval of the President of the Republic.”
It now appears, Dallen said, that much of the missing funds instead went to Chávez’s political allies in the region in Bolivia, Cuba and Nicaragua, who belong to a group known as the Alianza Bolivariana, para los Pueblos de Nuestra America, or ALBA.
“The current system of foreign cooperation has no legal underpinnings, nor does it even need one in an autocratic regime like Chávez’s,” Gustavo Coronel, a political analyst and former representative to Transparency International told 100r.org. “It is he who decides when, how much and to whom the nation’s funds are allotted.”
Joel D. Hirst, an expert in Latin America at the Council on Foreign Relations and author of a forthcoming book on the ALBA alliance, told 100Reporters that, it is impossible to know with complete certainty exactly how much money has gone where, since Fonden operates without public oversight
But, Hirst’s own analysis concluded that “much of (the missing money) has gone to ALBA” states, and the rest “was just stolen,.” he said. Hirst also contends that Fonden money went to leftist rebels in Colombia. While other evidence, such as computers Colombian troops seized from the rebels in a 2008 raid, contained records of some $300 million in support from Chávez, the aid does not appear in Venezuela’s official budget. Chávez’s deputy had denied supporting the rebels at the time.
The $29 billion disparity was first reported by a Venezuelan blogger, Miguel Octavio, who also posted copies of the underlying documents online.
The Venezuelan government declined to comment for this story. Through a spokesman, Finance Minister Jorge Giordani dismissed the allegations as “false information.”
These new charges of corruption have put the spotlight once again on Chávez, whose government has been accused in the past of squandering the country’s vast oil resources under a cloak of secrecy.
Chávez’s “Bolivarian” revolution
Chávez assumed power in a country with at least the structure, however flawed, of a democracy. But once in office Chavez has shown little interest in the traditional underpinnings of democracy. As a result, the normal checks and balances that might have detected potential misuse of Fonden billions were not operating in Chávez’s Venezuela.
According to a 2009 U.S. diplomatic cable released by Wikileaks, Chávez’s model is that of a “participatory democracy,” which rejects the separation of powers and institutional autonomy as “bourgeois” notions. Expressions of personal fealty to Chávez by top officials are the norm in his country.
“Your institutions salute you,” Luisa Estella Morales, the president of Venezuela’s Supreme Court, told Chávez recently. Later, Attorney General Carlos Escarra followed suit, calling himself “the lawyer of the (Bolivarian) revolution.” And every January, at the beginning of the judicial year, magistrates and judges salute Chávez as “our chief.”
In December 2010, without two thirds attendance of lawmakers required for a quorum, the National Assembly passed a law that enables Chávez to dictate rules and approve national and international contracts. He now has the power to use Venezuelan oil revenues to fund government-implemented programs unilaterally, something he has done for the benefit of the ALBA states using the Fonden money.
“That law allows him to regulate activities and agreements, including the ALBA cooperation packages, even if they are unconstitutional,” explains Jorge Pabon, constitutional lawyer and former dean of the Faculty of Law at the Central University of Venezuela.
In 2007, Pabon noted, Chávez had sought a Constitutional referendum that would have broadly extended presidential power, removing term limits, putting state governors under the president’s control and granting Chavez authority over the Central Bank and the country’s international reserves.
Though his bid failed, Pabon said, Chávez has nevertheless claimed the powers denied him at the ballot box.
And the de rigueur declarations of personal loyalty from top lawmakers and judges suggest that 13 years after sweeping to power on a pledge to end corruption, Chávez is able to operate virtually unchecked in Venezuela.
Nicaragua’s octopus-like ALBANISA
One big beneficiary of Chávez’s murky largess has been his ALBA ally, President Daniel Ortega of Nicaragua. While using some of the millions of dollars his government receives from Venezuela on public projects, Ortega has used the Fonden money as a kind of private kitty for himself and his inner circle.
Take ALBANISA, a private company created by Ortega to invest money coming to his government from Venezuela. This company, formally known as ALBA de Nicaragua, S.A., came about through an agreement between oil agencies of the two countries.
Under the agreement, ALBANISA controls the monopoly of oil imports from Venezuela and the marketing of its derivatives. Under the oil cooperation agreement between the two governments, 50 percent of the oil bill must be paid within 90 days, while the other 50 percent is converted into a 23-year-loan with a two-year of grace period and two percent annual interest, all of which is handled at the discretion of the government of Nicaragua through ALBANISA and Caruna (Caja Rural Nacional), a cooperative.
Of the revenues that stay in Nicaragua, half are meant to go to domestic social programs, while the rest goes to the coffers of ALBANISA itself, according to the Council on Hemispheric Affairs.
Between 2008 and 2010, ALBANISA received $1.415 billion from Venezuela under the label “state cooperation”, according to Nicaragua’s Central Bank.
Much like Fonden, ALBANISA operates as a private company with no public oversight. Ortega and his associates have used ALBANISA to build a private business empire that blurs the line between what is public money and what accrues to Ortega and those close to him.
As a private company, ALBANISA has discretionary authority to manage, without accountability, state programs, grants, donations, loans, investments (none included in the national budget); to own private businesses (such as a TV station and a hotel) and to finance the official FSLN party campaigns when needed. While financial information on these businesses is scant, what is known is that some of Ortega’s and Chavez’s top political allies are officers of ALBANISA.
In fact, the company is a three-legged operation. It runs:
• the privatized (and most lucrative) state oil agreements and the supply of 10 million barrels of discounted oil per year;• investments in an oil refinery yet to be built, with a planned capacity of 100,000 barrels per day, and a promised aluminum plant;• donations and grants, such as $10 million for social programs and $12 million for student scholarships.
An investigation carried out by the Nicaraguan journalist Carlos Fernando Chamorro disclosed that ALBANISA has, in fact, become “a huge conglomerate” which, since its creation in 2007, has grown like an octopus –with power plants, agricultural exports and transportation businesses, construction equipment, as well as farming, importing and fuel distribution outfits.
As part of his reporting, Chamorro was able to obtain an Excel copy of Albanisa’s accounts covering the years 2007 and 2008, as well as over eight months of operations in 2009. (http://www.confidencial.com.ni/articulo/3388/las-cuentas-secretas-de-albanisa). The documents show that ALBANISA is slowly becoming an economic empire in Nicaragua.
“It’s a sweet deal, one in which the recipient does not have to account for the money it receives, in what is the largest private transaction ever negotiated in Nicaragua without any tender,” Chamorro told 100Reporters.
It is also “a mechanism that privatizes a state cooperative agreement, which owns a holding company and private investments in various fields —all outside the national budget—with discretionary use of funds for private and for the official Sandinista party activities”, he added.
Bayardo Arce, a Nicaraguan government official, defended the Albanisa structure, as a way to make sure that Chávez’s money continues to flow to Nicaragua free of local opposition. Speaking on national television, he argued that if Venezuela decided to put its oil cooperation aid in private hands, it was exclusively “to stop the local opposition from blocking Chávez’s cooperation projects for political reasons.”
The Bolivarian Way

Fonden’s missing billions, and their trail to ALBA, illustrate how Chávez has used Venezuela’s oil wealth to cast Venezuela as a regional leader, and build support among his Socialist allies in the region.
His Bolivarian Revolution rejects “neo-liberalism” and promotes trade and investment between member governments based on cooperation, with the ostensible aim of “improving people’s lives,” not making individual profits. Aside from Venezuela and Nicaragua, ALBA members include Antigua and Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Saint Vincent and the Grenadine Islands.
In Cuba, Venezuela exchanges oil for the services of doctors and teachers. It also supplies buses to improve Cuba’s public transport system, helped pay for a massive aqueduct to improve its public water supply, and revamped its main oil refinery. In fact, Chávez subsidizes the Caribbean island to the tune of $5 billion annually, supplying some 60 per cent of the oil consumed there, according to Venezuelan writer Moises Naim, author of the 2006 book Illicit: How Smugglers, Trafickers and Copycats are Hijacking the Global Economy.
There’s more than a little help from Chávez elsewhere, always to ALBA nations –mysterious agreements that members of the Venezuelan opposition criticize fiercely, to the point of calling their operators “comrades that bleed us to death,” energy expert José Mendez said in an interview.
Venezuela and Cuba have aided Bolivia since 2006, by importing Bolivian soybeans after the US stopped buying them from the Andean country.
Since 2006, when Ortega won the elections with 38 percent of the vote, Chávez has sent electricity generators to Nicaragua worth $289 million, to help the country overcome its chronic blackouts. In 2007, when Nicaragua laid the first stone for an oil refinery that has yet to be built, Venezuela pardoned “without conditions” Nicaragua’s debt of $33.2 million.
But there’s a catch.
In Nicaragua at least, Venezuela’s support through ALBA comes with legal loopholes that allow some to make profit –mostly those in power, their associates and family members. Asdrubal Chávez Jimenez, the Venezuelan leader’s cousin, is president of the Nicaraguan subsidiary of Venezuela’s state-owned oil monopoly, for example. And Juan Carlos Ortega Murillo, President Ortega’s son, now runs Tn8, a national television channel bought with ALBA funds.
Many in Venezuela, and elsewhere in Latin America, are alarmed by the lack of accountability.
José Cordeiro, director of Venezuela Node at The Millennium Project (www.millennium-project.org), a U.N. project to reduce world poverty, hunger and disease, said that revenues from Venezuela’s state-owned oil company, Petroleos de Venezuela, S.A., or PDVSA, are a mystery, despite their vital importance to the country’s economic health.
“It’s beyond the control of the national budget, to the point that nobody knows PDVSA’s real production,” Cordeiro said. In addition, Chávez has also “used foreign private companies to conduct some of his personal business,” as well as that of his ALBA partners, Cordeiro added in an interview with 100Reporters.
Mendez, the energy expert, agreed. “These discretionary and ‘personal’ agreements” between the state-owned oil companies in Nicaragua and Venezuela, he said, “highlight the absence of accountability in our nation, one that our Constitution clearly demands, because neither President Chávez, nor any of his ministers, are held accountable for anything.”
Even if Venezuela is still rich with oil, production is not as robust as it had been in the past. As a result, this may crimp Chávez’s ability to reward his regional friends in the Alba group of nations.
According to a recent report by the Council on Hemispheric Affairs, yields from Venezuela’s oil fields began to decline by the time Chávez became president in 1999. In part, this was due to the normal effects of long-term extensive extraction.
That natural decline has been aggravated over the last 13 years by “excessive government meddling in the state corporation’s affairs, poor maintenance of extraction sites, company corruption, and the repercussions of using corporate profits to fund government-implemented programs,” the report said.

martes, octubre 25, 2011

LA ESQUINA INTERNACIONAL / María Lourdes Pallais / Opiniones / Noticias Mexico - Ultimas Noticias - Quadratin DF


Occupy Wall Street: El germen de un movimiento global


El movimiento Occupy Wall Street (Ocupemos Wall Street) en Nueva York, que esta semana inicia su segundo mes, cobró impulso hace unos días luego de que cientos de miles de manifestantes en 900 ciudades del mundo protestaran contra la avaricia corporativa y la desigualdad en la riqueza, ambos lemas de los acampados en el parque Zucotti, una pequeña plaza pública en el corazón del centro financiero de Manhattan.
No queda ninguna duda que el patrón estrenado en España en mayo pasado ha tenido ecos y réplicas en varias partes del mundo, en términos de convocatoria y difusión, aunque aún queda una pregunta: ¿ha logrado algo concreto? Los disturbios en Europa surgieron en medio de una crisis de la deuda soberana del viejo continente, que contribuyó a la actual volatilidad del mercado que a su vez generó un creciente temor de otra recesión económica mundial.
Para entonces, la mayoría de los gobiernos ya habían implementado severos programas de austeridad, por lo que el crecimiento económico se convirtió en algo literalmente imposible.
En Estados Unidos, el sombrío panorama laboral (la tasa de desempleo se ha mantenido por encima del 9 por ciento) fue la mecha que encendió la ira contra los banqueros de Wall Street, señalados como responsables de la crisis financiera mundial, y contra el gobierno, cómplice de haber rescatado a los bancos con dinero de los contribuyentes.
Pero muchos críticos de los manifestantes en el parque Zucotti –lugar por cierto casi desconocido por la gran mayoría de neoyorquinos hasta ahora– aseguran que su gesta es ingenua e incoherente.
Hace poco, en una reunión de colegas, pude agrupar dos tipos de opiniones. Una, que alegaba que “los indignados del mundo” en general, y los de Wall Street en particular, no habían logrado nada, que eran “hippies trasnochados” que no tuvieron la valentía de levantarse en armas o por lo menos de incendiar un edificio de noche para demostrar su enojo. Y la otra, que sí, que estaban dejando sentada su posición “indignada” de rechazo al estatus quo sin por ello causar más muertes y más daños, y que eso era mucho más de lo que las así-llamadas-revoluciones habían logrado en el pasado Siglo XX.
Eso sí. Ambos grupos estaban de acuerdo con dos logros de los “indignados” de Wall Street: han cambiado el viejo estilo estadounidense de protestar de manera violenta (o ruidosa al menos), y están dejando una huella indeleble sobre la certeza de que pocos en este siglo XXI entraron a él satisfechos con el sistema que heredaron del anterior.
Como escribieron John B. Judis y Jonathan Cohn en la revista New Republic, el grupo que sigue empeñado en dormir en plásticos húmedos a metros de los amenazantes edificios de Wall Street, rodeados de carros de la policía que no se han movido hasta ahora, representa “una chispa genuina de acción política –una oportunidad, finalmente, de rescatar la promesa de la campaña de Obama en 2008”.
Es cierto. Los manifestantes no han esbozado una crítica clara del capitalismo “salvaje” ni han articulado un conjunto de objetivos políticos, pero han logrado colocar sus temas en las agendas públicas.
“Su mera existencia demuestra que la gente está decidida a pensar de manera global acerca de las rutas de salida de esta crisis”, en opinión de Pablo Mason de la BBC. Y es imposible negarlo: el movimiento está ganando fuerza como consecuencia de su “naturaleza global”, como sentenció Peter Beinart en el Daily Beast.




lunes, septiembre 05, 2011

Se “suben” viejos sindicalistas al “carro” de los jóvenes en Chile




LA ESQUINA INTERNACIONAL

PUBLICADO EL 26 DE AGOSTO DE 2011

Se “suben” viejos sindicalistas al “carro” de los jóvenes en Chile

La tierra de Pablo Neruda --la economía más desarrollada de Latinoamérica, con un crecimiento del 8,2% en el primer semestre de este año, un ingreso per cápita sobre los 18 mil dólares, una tasa de desempleo del 6,5% y una tasa de alfabetismo del 98% que ocupa el lugar 40 del Índice Mundial de Competitividad— sigue al rojo vivo.

Esta semana, las protestas hasta ahora lideradas por dos jóvenes, ambos presidentes de las federaciones de estudiantes de las dos principales universidades de este país --Camila Vallejo, militante comunista de 23 años, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, y Giorgio Jackson, de izquierda, presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile--, tienen ahora un nuevo aliado.

Se trata de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), fundada en septiembre de 1988, considerada la principal organización sindical en Chile, así como la heredera histórica --en cuanto a cantidad de afiliados y papel protagónico-- de la Central Única de Trabajadores de Chile, creada en 1953 y disuelta tras el golpe de estado de 1973.

La organización --que según algunos analistas vive una crisis de credibilidad-- llamó a un paro nacional, con la esperanza, alega la mayoría --aunque Camila Vallejo lo niega--, de aprovechar la fuerza del movimiento estudiantil y “subirse al carro” de las demandas encabezadas por ellos.

En todo caso, es el primer paro nacional que enfrenta el joven gobierno del presidente Sebastián Piñera, con apenas 17 meses en el poder.

Aunque los cuatro partidos que conforman la coalición opositora (Partido Socialista, Partido por la Democracia, Partido Radical Socialdemócrata y Democracia Cristiana) se adhirieron también al paro, sin el apoyo de los estudiantes, la fuerza del mismo hubiese sido mucho menor, según fuentes chilenas vinculadas a las marchas.

Las demandas de la CUT, calificadas de “vagas” y “utópicas” por el gobierno de Piñera, van mucho más allá de exigir la instalación de un nuevo sistema público de educación y fin al lucro en el sector, que fueron las iniciales asociadas con las movilizaciones estudiantiles.

En efecto, el eje de las protestas de esta semana --que concluyó este jueves 25 con violentos enfrentamientos y 10 detenidos-- lee como una carta a Papa Noel: una nueva Constitución; un plebiscito; un nuevo sistema económico; un nuevo sistema previsional y un nuevo código de trabajo. En resumen, una nueva realidad, un nuevo país.

Nada raro que el vocero gubernamental, Andrés Chadwick, haya dicho que “más que utópicas, (las demandas de la CUT) son una vaguedad tremenda”.

“Quisiera saber si alguno de los convocantes tiene respuestas precisas y concretas sobre cada uno de los puntos (...)”, agregó en declaraciones a medios locales.

En un intento quizá de separar lo que son las demandas de los estudiantes a las de la CUT, Chadwick ha pedido “precisión” a los sindicatos para empezar a discutir sus reclamos y les recordó que el Ejecutivo está centrado en resolver el conflicto con los estudiantes.

Sin duda, el gobierno de Piñera sabe dónde está su principal contrincante. Conoce el poder de las redes sociales y de los jóvenes que en ellas se comunican. No en balde invitó a 15 reconocidos usuarios de twitter el miércoles pasado, el primer día del paro nacional, a comer al Palacio de La Moneda para escucharlos.

Difícil olvidarlo: hace apenas tres meses, Facebook --y Twitter en particular-- fueron fundamentales en las convocatorias a las marchas claves para el inicio de las protestas de los estudiantes, algunas de las cuales superaron las 100 mil personas sólo en la capital.

En Chile, la actual generación de jóvenes es conocida como la de los “jóvenes sin miedo”, porque ésta no vivió en carne propia la represión de la dictadura de Augusto Pinochet.

“Hay un despertar de la juventud que no vivió los atropellos de la dictadura… Los estudiantes son la generación que retoma posiciones consecuentes de su rol histórico”, explica la canta autora chilena Alejandra Acuña Moya, graduada de la Universidad Pontificia de Chile, a Quadratín.

Pero muchos, incluso algunos simpatizantes de los jóvenes, dentro y fuera de Chile, ven su alianza con la CUT como una mala noticia. Aunque todavía no hay señales de ello, sus válidas demandas, aún en una democracia sólida como la chilena, podrían diluirse en el maremoto de la politiquería barata. Habrá que seguir pendientes.

sábado, septiembre 03, 2011

Un poco de Kafka, otro de Macondo: la Nicaragua de hoy














A meses de las elecciones en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega Saavedra, otrora Comandante (lo de otrora es mío; él lo sigue siendo) de la revolución encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), participará —a pesar de que se lo impide la constitución que él mismo diseñó— como candidato ganador, el país centroamericano es prueba de que el surrealismo macondiano, y el Gregorio Samsa de Kakfa, pueden vivir juntos, y ser felices, en nuestra América Latina.

Como el viento a Juárez, el FSLN ahí está. Se trata de aquella otrora (esa sí otrora) organización revolucionaria conformada por muchachos y muchachas aguerridos, idealistas, dispuestos a dar su vida por derrocar a la dictadura de Somoza, para ver nacer a una “Nicaragua Libre”. Sí, esos, los que sobrevivieron y que ahora viven en lujosas mansiones; esos que son dueños de empresas y de fincas; los que conducen carros del año y nunca se van a morir porque el seguro social no tiene una cama para ellos. Esos, los que siguen trabajando para lo que ellos llaman “la segunda etapa de la revolución” —sí, trabajando pero ya no “a la antigüita”: en la montaña, alimentándose de frijoles y tortillas, barbudos y portando AKs. No, por Dios, por algo tienen los años, las canas y el cargo que tienen. Ahora lo hacen como se debe: en la seguridad de sus hogares y amparados por su patrimonio, que no es cosa menor.

Me refiero a los que ahora se auto-definen como únicos “herederos” de César Augusto Sandino, el rebelde que enarboló el tema de derrocar a la dictadura somocista. Me refiero a muchos, pero quiero hacer hincapié en Ortega Saavedra y su esposa, la primera Dama Rosario Murrillo, porque son los más poderosos sandinistas en el pequeño país centroamericano –muy estable por cierto en términos macroeconómicos, según el FMI—, la patria de Somoza y de Sandino.

Daniel y Rosario ya no son como aquellos jóvenes, sus “compas”, a los que México, en los años 70, abrió las puertas de par en par. El FSLN –llamado “frentismo” o “danielismo” por sus adversarios— es ahora un partido político con todos las de la ley, a la vieja usanza del PRI-estado: el más popular –carga la simpatía de más o menos 30% del electorado, que no le garantiza que gane las elecciones salvo que haga alianza con otro grupo, lo que le es una segunda piel a estas alturas—y el que cuenta con todos los recursos del gobierno sin lugar a ninguna duda.

La pareja presidencial ahora es gran amiga de uno de sus otrora grandes enemigos: el Cardenal Miguel Obando y Bravo, quien fuera Obispo de la Iglesia Católica en Nicaragua cuando, en marzo de 1984, llegó el Papa Juan Pablo II a Nicaragua y fue vergonzosamente abucheado en los altoparlantes del estado revolucionario, que era, por cierto, ateo y marxista.

No sólo son amigos. Obando, ahora jefe de la Comisión de Reconciliación del gobierno —ya no participa en las reuniones de la Conferencia Episcopal— casó a la pareja por ahí de 2005, muy en contra sus principios y los de su Iglesia: Ortega y Murrillo habían vivido en pecaminoso concubinato durante años, época en la que procrearon varios hijos.

Pero eso es cosa de in illo tempore. Ahora, ambos son “cristianos, socialistas y solidarios”, atractiva combinación, cuando es honesta.

Además de haberse convertido al cristianismo, cambiaron el sobrio rojinegro de sus insignias, carteles, credenciales, slogans y banderas, a un blando rosa chicha —dicen que porque Rosario, experta en las artes ocultas, el tarot y demás monerías, asegura que es el color del amor y de la paz.

El cambio surrealista para muchos que vivimos el fervor, y la militancia a raja tabla del FSLN en los años 70s y 80s, empezó a fraguarse a partir de la pérdida de las elecciones en 1990. Primero Daniel –entonces aún con cara de Comandante de algo—empezó a hablar del gobierno “desde abajo”. Perfectamente subversivo y acorde a su perfil.

Pero llegaron las elecciones de nuevo, seis años después, que el FSLN perdió por segunda vez.

Y es que las elecciones, al estilo norteamericano –nadie, salvo Fidel que las ignora, ha inventado otras que yo sepa, por lo menos en América Latina— tienden a metamorfosear a nuestros políticos. Les pasa algo similar al Gregorio Samsa de Kafka.

Pues bien, en Nicaragua, ese año, el himno oficial del FSLN (aquel que hablaba del “enemigo de la humanidad”) fue sustituido ipso facto por la Novena Sinfonía de Beethoven —nada menos que el cuarto movimiento: Oda a la Alegría. No en balde la pareja Ortega-Murrillo tiene hoy un hijo tenor: Laureano Ortega Murillo, “un joven que con disciplina e increíble vocación se ha convertido en una promesa del canto lírico”, según un diario local.

Diez años después, el himno fue otro. Sin pedirle permiso a sus herederos, el FSLN utilizó —y sigue utilizando—la canción de John Lennon “Give Peace a Chance” (“Dale una oportunidad a la paz”), dizque para darle “un aire fresco y de tranquilidad” a la campaña del pasado 2006. Esa elección sí la ganaron.

En 2012, Daniel tiene casi asegurada su reelección, si bien ilegal, con el himno que escoja. Por ahora, él y su esposa se la pasan entregando títulos de propiedad a gente de escasos recursos, en “el Mes de la Patria”, o celebrando efemérides varias, siempre con el puño en alto.

Efemérides como el 32 aniversario de la creación del Ejército Popular Sandinista. Ese día, 2 de septiembre, Ortega mencionó, por primera vez desde la toma de Trípoli, que hace unos días cayó en manos de los rebeldes, al “hermano” Muamar El Ghaddafi. La Nicaragua del nuevo FSLN lo podría alojar, si él lo solicita, dijo. Fue el toque surrealista que nos faltaba para cerrar este despacho.

viernes, septiembre 02, 2011

'México tiene aún mucho dolor por delante'






México aún tiene mucho dolor por delante’

Jueves 25 de agosto. Por María Lourdes Pallais Checa, desde México, especial para IDL-Reporteros.-

(México, D.F.) Eran pasadas las tres de la tarde del jueves 25 de agosto en un casino de apuestas de Monterrey, corazón industrial de México y capital del pujante estado fronterizo de Nuevo León, ahora controlado en buena medida por uno de los más sangrientos cárteles de la droga, los Zetas.

De pronto, el lugar se cargó de fuego y de humo. Un señor mayor se asfixiaba. Mujeres lloraban trastornadas. Se armó una estampida sin salida en lo que terminó siendo la más reciente y una de las peores masacres vinculadas al crimen organizado en contra de la población civil de este país, que duró menos de tres minutos y dejó un saldo de 52 muertos.

Esta pesadilla se vivió a un año del fin del mandato del presidente Felipe Calderón, días antes de su quinto informe ejecutivo, mientras su gobierno opera impotente en un país fracturado por la corrupción y la impunidad, donde cada pedazo del territorio parece pertenecerle a un grupo criminal diferente.

Tres días de luto nacional fueron decretados, mismos que concluyeron el pasado domingo 28, horas después de la captura de cinco presuntos culpables de haber arrojado gasolina dentro del Casino Royale –uno de los muchos que operan en “Las Vegas de México” sin los permisos requeridos y amparado por los políticos de turno– donde más de 70 personas, la mayoría mujeres de la tercera edad, se distraían con promesas de fortuna instantánea, sin sospechar que terminarían asfixiadas o carbonizadas en el infierno de llamas, porque se refugiaron en los baños creyendo que era un asalto, o porque las puertas de salida estaban selladas.

Imágenes captadas por una cámara exterior del lugar de apuestas muestran cómo el grupo de atacantes llega al local con toda tranquilidad, los rostros descubiertos, en al menos tres vehículos, de donde bajan nueve sujetos armados, cargando el combustible que utilizaron para provocar el fuego.

Se trata del más grave ataque a un local en la historia del México moderno, pero no el primero. Apenas el 8 de julio pasado, en una cantina, también en Monterrey, fueron asesinadas, con una frialdad similar a la del pasado 25 de agosto, 17 personas. Hasta el día de hoy no hay detenidos y se ignora la causa de ese ataque.

Para muchos, el caso del Casino Royale marca la debacle de la estrategia oficial de la lucha contra el crimen organizado en este país.

En mayo pasado, ya el local de apuestas había recibido una suerte de ultimátum que obviamente nadie tomó en serio y que los dueños –temerosos, dijeron entonces – optaron por no reportar a las autoridades.

Hombres armados, disparando al aire, irrumpieron en el local, en un ataque atribuido a la delincuencia organizada, para presionar a sus dueños por el llamado pago de “cuotas de piso”. Aquel fue un aviso que no pasó a mayores.

Todo ello coincide con la proliferación de estos negocios –tristemente célebres por ser parte del “aparato circulatorio” del crimen organizado– en los últimos 11 años, en un México plagado de tráfico de influencias en la venta de permisos federales por millones de dólares.

Un pequeño gran botón de muestra

Mientras en Monterrey el alcalde Fernando Larrazabal encabeza una ofensiva en contra de casinos a los que acusa de operar fuera de la ley, nada menos que su hermano Manuel Jonás Larrazabal ha acudido en por lo menos tres ocasiones a recibir pagos en esos establecimientos.

De acuerdo con tres videos y decenas de fotografías del diario mexicano Reforma, el hermano de 53 años del alcalde estuvo en casinos de Monterrey en los últimos tres meses, donde el personal de los establecimientos le entregó fajos de dinero.

Estas revelaciones surgen casualmente cuando la tragedia del Casino Royale ha puesto los reflectores sobre la relación entre la autoridad y las casas de apuestas, mientras al menos 60 de ellas operan entre vacíos legales, opacidad y señalamientos de corrupción en el país.

El abogado del ahora llamado “hermano incómodo” asegura que los videos en los que su cliente aparece recibiendo dinero en diferentes casinos de Monterrey tienen que ver con el pago de quesos y productos regionales de Oaxaca, de donde es originario, además de premios de las casas de apuesta.

Lo que sí está clarísimo es que el auge de los casinos en los últimos años coincide con el aumento de la inseguridad –de la mano con la impunidad y el tráfico de influencias–, que ha provocado más de mil 200 muertos en Nuevo León en lo que va del año.
México atrapado en una siniestra “tormenta perfecta”

En entrevista con una radio local, el argentino Edgardo Buscaglia –académico de las Universidades de Illinois y Berkeley, especialista en seguridad del Instituto Tecnológico Autónomo de México– explica que se ha conjugado “la tormenta perfecta” que permite este cuadro de pesadilla.

El país –que para el experto no es una economía de mercado sino un sistema de “capitalismo mafioso”– cuenta con un sistema judicial “inoperante” sujeto a la “influencia de los políticos de turno”, y empresas que son en realidad “engendros políticos del Estado” que “actúan como extensión del sistema político”, al estilo de la Rusia de Yeltsin.

A Buscaglia no le parece raro que el hermano del alcalde de Monterrey aparezca en videos recibiendo dinero de los casinos, porque el país funciona dentro de un marco de “impunidad política”, donde, en un perfecto círculo vicioso, las “familias de los gobernantes hacen negocios y le compran propiedades al gobierno”, amparados todos por ellos mismos.

En su libro “Los Señores del Narco” – uno de los títulos más vendidos sobre política mexicana desde diciembre pasado-, resultado de cinco años de investigación, la periodista Anabel Hernández asegura que ningún grupo criminal existiría si no fuera por la complicidad de empresarios, banqueros, policías y funcionarios.


Mientras tanto, las investigaciones sobre la masacre en Monterrey continúan y apuntan a una extorsión del poderoso grupo criminal de los Zetas, que desde hace varios años se mueve casi como dueño del territorio regiomontano.

En esta trágica “segunda llamada” a los dueños del Casino Royale, los clientes del local no eran el objetivo de la banda, pero las cosas “se salieron de control”, confesaron los responsables materiales –cinco jóvenes que van de los 18 a los 30 años de edad— quienes ya fueron presentados ante la opinión pública y la prensa.

Aunque el grupo de “asesinos confesos” no dio declaraciones, el gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina se encargó de servirles de vocero: “Solo queríamos darles un susto” (…) “Pedimos a gritos a la gente que se saliera pero las cosas se salieron de control”.

Calderón persiste en su estrategia contra el narco

A pesar de que en un cable revelado por Wikileaks Calderón le confesó al entonces presidente español José María Aznar (2007) que había cometido un error de cálculo sobre la profundidad y amplitud de la corrupción, y de la penetrante influencia del narcotráfico en México, el jefe de Estado rehúsa darle un golpe de timón a su estrategia.

“Con profunda consternación expreso mi solidaridad con Nuevo León y con las víctimas de este aberrante acto de terror y de barbarie”, publicó el mandatario en su cuenta de Twitter, casi cinco horas después del ataque. “Estos repudiables actos nos obligan a todos a perseverar en la lucha contra esas bandas de criminales sin escrúpulos”, agregó.

En efecto, Calderón sigue empeñado en combatir a los grupos criminales de manera frontal, tema que ha convertido en su bandera, como si quisiera pasar a la historia como el primer presidente mexicano que no pactó con el narco.

“No voy a permitir que sigan extorsionando a la gente, que sigan ejecutando su violencia con tanta saña, que deambulen impunemente, que secuestren a la gente”, puntualizó poco antes de reforzar la presencia de militares y policías federales en el Estado. Hoy, otros mil 500 efectivos del Ejército y Fuerza Aérea están asentados ahí para “incrementar el ímpetu de las acciones en el combate al narcotráfico y la delincuencia organizada”.

Y es que en esta lucha participan, a nivel nacional, más de 50 mil soldados, 30 mil policías federales y miles de policías locales. Cada uno de los cuatro años que lleva este enfrentamiento ha costado 120 mil millones de pesos (casi 10 mil millones de dólares) y más de 40 mil muertos, sin contar los miles de “levantados” (secuestrados).

Calderón ha optado por ignorarlo, pero el problema es que “el remedio es peor que la enfermedad”, en opinión de los expertos, incluyendo a Buscaglia.

Esta semana, el gobierno federal se “apuntó” una victoria: capturó a cinco de los nueve presuntos responsables de la masacre contra el Casino Royale, pero el empresario Raúl Rocha Cantú, dueño del local, huyó del país. Y ninguno de los otros socios –como el ex alcalde Adalberto Madero, quien facilitó su apertura a sus primos de la empresa Atracciones y Emociones Vallarta S.A. de C.V, que a su vez rentaron el permiso a la operadora Cymsa Corporation S.A. de C.V, donde el director es Rocha Cantú–, han dado la cara para explicar la extorsión de Los Zetas que incendiaron el lugar.

Además, como bien dijo Buscaglia en un programa de radio, poco después de la masacre en Monterrey, “detener a personas es necesario, pero está lejos de ser suficiente para detener a estos grupos criminales”.

El connotado especialista no le perdona una al gobierno de México. “Por su ineptitud -afirma- la violencia sigue creciendo hasta niveles incalculables (…) El presidente (Calderón) no puede seguir escuchando a sus asesores ineptos (…) Necesitamos menos conferencias de prensa y más acciones”.

Acciones sí, pero no militares. Un cambio de giro en la estrategia incluiría, por ejemplo, concentrarse en la detección y confiscación de los dineros y bienes patrimoniales del crimen organizado, dentro y fuera de México.

Hay más: terminar con la complicidad entre los políticos y el narco (como en Colombia, por ejemplo, donde se llegó a juzgar al 30 por ciento de los congresistas), depurar los cuerpos policiacos, ofrecer alternativas de empleo a los jóvenes, legalizar el consumo de drogas blandas.

De hecho, si el grupo de detenidos trabajaba para los Zetas –probablemente el único empleo más o menos bien remunerado que consiguieron en Monterrey –, ¿qué está haciendo el Estado para castigar al autor intelectual?

Hasta ahora, a una semana de la masacre en Monterrey y cuatro años después de una lucha abierta y desatada entre los diferentes grupos criminales por controlar territorios, muy poco. Solo discursos y declaraciones tonantes, retórica vacua, promesas y más promesas.

Hace unos días, por ejemplo, un grupo de políticos y legisladores se comprometió ante las cámaras de televisión a aprobar leyes de seguridad contra el lavado de dinero, extorsiones y extinción de dominio, que afectarían las ganancias ilícitas de los narcotraficantes que operan en México y que han estado durmiendo el sueño de los justos en el Poder Legislativo desde hace meses.

Habrá que ver si les da tiempo en lo poco que les queda de la siguiente legislatura, cuya atmósfera estará dominada por las elecciones federales de 2012. Los legisladores siempre parecen estar más entrampados en la burocracia y en la politiquería que comprometidos en aprobar iniciativas de leyes.

Mientras tanto, la hipótesis de Buscaglia, amparada en experiencias exitosas en Rusia y Colombia, resuena con eco ante la más reciente barbarie: en lugar de seguir atacando a los grupos criminales frontalmente –lo que sólo provoca más violencia–, habría que empezar a neutralizar sus bases económicas y congelar sus activos.
Antecedentes de los “Señores del Narco” en México

Buscaglia lo predijo hace cuatro años: en México surgirá un tipo de violencia que no se había visto desde la revolución de 1910. Para entonces (2007) ya se habían dado 10 asesinatos por cada 100 mil personas. Tres años más tarde, eran 20: 100 por ciento de incremento. Es decir, la violencia ha ido creciendo a velocidades alarmantes.

En los casi cinco años que lleva Calderón como jefe de Estado, en este país los ataques del crimen organizado han sido como la “letra escarlata” de su gestión; un gobierno que se propuso acabar con ese mal que durante los más de 70 años del PRI-Estado estuvo controlado y que, a partir del 2000 ha crecido como pulpo sin tener una autoridad que lo controle.

Durante los 70s y 80s del siglo pasado, bajo los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, no existían los cárteles de la droga: eran pequeños grupos que se dedicaban a sembrar, transportar y cruzar a Estados Unidos marihuana y heroína.

Con ellos había un acuerdo. El gobierno regulaba la producción y supervisaba el traslado hasta la frontera a cambio de una suerte de “impuesto” y del cumplimiento de algunas reglas: no se permitía que los traficantes anduvieran armados ni que vendieran droga en el país. Ese “impuesto” se empleaba, en parte, para financiar la represión política.

En el gobierno de Miguel De la Madrid, todo empezó a cambiar. Según un informante de Anabel Hernández, “el pago de impuestos por parte de los narcotraficantes comenzó a transformarse en dinero directo para los policías y funcionarios”.

Así nació la organización de los hermanos Arellano Félix (que controlaba el paso de Tijuana), se fortaleció la organización de Juan García Ábrego (suyo era el paso de Nuevo Laredo) y comenzó a despuntar el cártel de Juárez.


Hoy en día, en México, el narco no parece estar a la defensiva. Al contrario: asesina, lava dinero, extorsiona, secuestra, controla territorios, reta, confronta. Y ahora, se le atribuye la matanza de hace unos días en un barrio de la próspera burguesía regiomontana donde, al parecer, los Zetas también se han apropiado de sus domésticas, sus jardineros y sus comercios.

De hecho, la tasa de municipios del país en manos de criminales es de 71 por ciento. El narco mexicano se dedica a 22 tipos de delitos con presencia patrimonial fuera de México, en países como España y Alemania. A estos grupos en México no se les ha tocado su fortuna. ¿Por qué? Porque patrocinan campañas electorales, entre otras cosas, asegura Buscaglia.

El politólogo y analista Eduardo Huchim, por su parte, reflexiona sobre la impotencia del Estado mexicano frente a la delincuencia organizada ante lo ocurrido en Monterrey:

“La realidad es que los gobiernos y sus fuerzas policiales y militares no pueden vencer a la delincuencia organizada, fundamentalmente porque están infiltrados. Mándese a la guerra a una tropa valiente pero comandada por jefes cómplices del enemigo y será derrotada con seguridad, aun cuando transitoriamente gane escaramuzas e incluso tome prisioneros”.

¿Era necesario el combate al narcotráfico? Sí, por supuesto. En eso todos están de acuerdo. Sólo que en México se está haciendo de forma desatinada, asegura la mayoría. Por momentos parece que el país se va a desbaratar, fracturado en su médula y abatido por las muertes de miles que el Estado no tiene, evidentemente, la capacidad de parar.

Ya lo dijo Buscaglia: “Lamentablemente México aún tiene mucho dolor por delante”.





martes, agosto 23, 2011

LA ESQUINA INTERNACIONAL: En Noruega, “lo peor que puede pasar, ya pasó”













El 28 de febrero de 1986, el Primer Ministro sueco Olof Palme fue asesinado por un desconocido mientras paseaba en compañía de su esposa a la salida de un cine. El crimen nunca fue resuelto, convirtiéndose para Suecia en el “enigma del siglo XX”. El caso prescribió el pasado 28 de febrero.

Por coincidencia del destino, una tragedia de mayores dimensiones azota a la vecina Noruega justo cuando se cumple un cuarto de siglo del asesinato de Palme, hecho que, según la mayoría, “despertó” a Suecia de su naiveté.

El pasado 22 de julio de este año, en Oslo y la vecina isla de Utoya, más de 90 personas murieron en un doble atentado perpetrado por Anders Behring Breivikn, un noruego de 32 años de tendencia ultraderechista, identificado como "fundamentalista cristiano" e "islamofóbo".

En ambos casos, el blanco ha sido, sin duda, la Socialdemocracia escandinava.

Si Suecia perdió su inocencia en el invierno de 1986 con el asesinato de Palme, la vecina Noruega hizo lo propio hace un mes, a manos de un “terrorista solitario” autoproclamado “templario” de una nueva “guerra santa”, haya actuado sólo o no.

“Para nosotros, (la masacre) es como un despertar ante el hecho de que este tipo de barbaridad no sólo pasa en países tradicionalmente conflictivos, sino también aquí mismo, en casa (…) Ninguna sociedad es inmune a la maldad”, confiesa a Quadratín, con dolor, Lavinia Belli, una maestra de español residente en Oslo desde hace casi una década.

“Ya no podremos decir que éste es el país en el que ‘nunca pasa nada’, pues lo peor que puede pasar, ya pasó. Se ha perdido algo de la inocencia y se nos ha hecho ver que aún en una de las sociedades más avanzadas del mundo, hay sitio para la maldad pura y dura”, reflexiona Lavinia, madre de tres adolescentes.

A un mes de los atentados, las familias de las víctimas podrán visitar por primera vez la isla de Utoya para recordar a sus muertos, enfrentarse a lo ocurrido en la masacre contra el campamento de verano sueco.

Sí, los familiares de las víctimas podrán pasear por la isla para ver dónde perdieron la vida sus seres queridos. Se espera que acudan unos mil 300 familiares, que serán trasladados en un ferry y un barco militar, acompañados de médicos, policías y voluntarios de la Cruz Roja, a una ceremonia fúnebre, parte del luto “digno” que se ha decretado en el país.

Para este domingo 21, está prevista una ceremonia en Oslo con representantes del gobierno, de la Casa Real Noruega, los familiares de las víctimas, así como con los supervivientes y las fuerzas de rescate.

En aquella parte del mundo que en México poco conocemos (y menos aún entendemos), donde la vida se recupera poco a poco del trauma que sigue fresco en las flores que deja la gente ante el Parlamento --o cerca de la zona cero en reconstrucción--, lo importante es que todo siga “en calma y en orden”.

Pero, sin duda, en Noruega algo ha cambiado. “Es nuestro Olof Palme”, dicen algunos. “Perdimos la inocencia”, repiten otros. “Las familias y los amigos de las víctimas están marcados para siempre y seguramente todo el país va a recordar esta fecha por mucho, mucho, tiempo”, relata Lavinia.

A pesar de las cicatrices que el doble atentado del 22 de julio pasado han dejado en todos, sin saber todavía bien a bien quién es el tal Breivik, Noruega quiere renacer de las cenizas. Porque, aunque lleva ya el sello de la “Scarlet Letter”, sus muertos no han logrado sepultar al país de los vikingos invencibles.

Tercos, convencidos que su sistema de gobierno es el mejor del mundo, el más humano, los noruegos se mantienen unidos, confiados que la justicia resolverá. Quizás por eso “no ha habido debate sobre armar a la policía; no se han reforzado medidas de seguridad; ni se ha pensado en restringir la entrada de inmigrantes; ni cambiar un ápice las políticas que favorecen la multiculturalidad en la sociedad. La normalidad dentro del duelo colectivo, es total”, nos cuenta Lavinia.

¿Y el castigo al autor confeso de los crímenes, un fundamentalista cristiano de 32 años?

“La verdad es que se habla poco del castigo que seguramente le va a caer (…) Pero no se habla de venganza ni de darle un castigo excepcional. Hay que aplicar la ley con rigor. Claro, la gente espera que le caiga la condena más dura, unos 30 años...”.

Esta tragedia nacional, la peor desde la segunda guerra mundial en el país que otorga el Premio Nobel de la Paz, ha sido un ataque frontal a los valores que han hecho de la sociedad noruega una comunidad abierta, tolerante, pacífica –el mejor país del mundo para vivir, según la ONU.

Pero el asunto no termina ahí. La masacre en el país nórdico preocupa a otros países de Europa Occidental; es un foco rojo que refleja el crecimiento de la extrema derecha, alimentado por una mezcla tóxica de intolerancia antiislámica y antiinmigratoria y por la profunda crisis económica que atraviesa el Viejo Continente.

miércoles, agosto 10, 2011













El dominó de protestas cívicas de jóvenes ya nos llegó. Empezó en Túnez; continuó en el Medio Oriente; hoy arrasa en Libia, Siria, Yemen, Inglaterra; y (ya era hora), parece haberse extendido en América Latina: específicamente hacia Chile y Honduras…por ahora.

En ambos países se quejan de lo mismo: quieren reformas a las leyes que rigen la educación para poder acceder a las aulas de manera gratuita. Levantan la mano con furia antes de convertirse en estadísticas, como desempleados.

También comparten con sus contemporáneos en otras latitudes lo mismo: la desesperanza, la falta de fe en el futuro, el descrédito hacia los políticos que los gobiernan.

Dos intelectuales interpretan la gesta de los jóvenes en nuestro continente:

En Honduras, Juan Almendares –investigador y defensor de los derechos humanos– asegura que los jóvenes defienden “la educación como un derecho humano, planetario y el verdadero camino hacia la transformación real de las condiciones injustas desiguales y violadoras del derecho a la vida, la dignidad y soberanía histórica de nuestros pueblos”.

En Chile, Jaime Massardo –académico de la Universidad de Valparaíso– reflexiona que las protestas expresan el “rechazo al proyecto de reforma educacional propuesto por el actual gobierno, mostrando a la sociedad chilena que ésta no satisface las necesidades de educación científica, tecnológica, artística y humanista”.

Pero, por lo menos hasta ahora y de manera pública, ningún joven ha surgido como líder de las protestas en Chile o en Honduras. Ni tampoco se sabe que las redes sociales hayan sido parte de la estrategia de las protestas en esos países.

¿Cuánto falta para que en América Latina los mayores dejen de hablar por los jóvenes y para que las redes sociales les permitan una rápida capacidad de organización y, eventualmente, sean parte de su realidad cotidiana, como lo fueron en Libia por ejemplo?

Seguramente poco tiempo para lo primero y un poco más para lo segundo. Habría que estar bien atentos…

Lo ideal sería que –al margen de que en Chile, las protestas acabaron en disturbios con 396 detenidos y 78 lesionados – ni en ese país sudamericano ni en Honduras sigan el ejemplo de sus contemporáneos en Londres, donde la violencia parece ser resultado de un intento casi nihilista, centrada en el pillaje y en un rápido estallido del tipo de publicidad y poder que ellos sienten que se les ha negado durante años.

Porque, tanto en Yemen y en Siria, como en Honduras y en Chile, todos los que protestan son jóvenes, sin oportunidades ni futuro, hartos del sistema y sin sueños por realizar.

¿Suena familiar? Lo es. Agravios similares ayudaron a encender disturbios en el París de 1968 y más tarde en sus suburbios marginales en 2005; fueron la mecha de las revueltas en las ciudades pobres de Sudáfrica y otras protestas urbanas ocasionales del siglo pasado, desde China hasta América Latina (sí, aquí también las tuvimos, en los 70s, los 80s, cuando éramos jóvenes…)

Pero hoy en día, dos dinámicas se han convertido en poderosos aceleradores: los cambios económicos que agravan las dificultades existentes desde aquellos tumultuosos años del siglo pasado y –aunque todavía no en nuestro continente– el surgimiento de las redes sociales que permiten una rápida organización poniendo a las autoridades a la defensiva.

Hold on folks, porque Facebook no hace sino crecer!

PD. Agrego un comentario de un lector que corrige un dato sobre las protestas en Chile: Muy buen artículo, totalmente de acuerdo respecto que esta “ola” de protestas sociales recién comienza en nuestra región. Efectivamente tenemos jóvenes sin esperanza, que viven en un ambiente de gran desigualdad social y que no tienen sintonía con la política, tanto así que en Chile no se inscriben en los registros electorales y, por ende, no votan en las elecciones. Es decir, no participan de la única forma de hacer cambios que existe en democracia.
Sólo te realizo algunos apuntes en lo que respecta a la realidad en Chile.
Acá las protestas estudiantiles están lideradas por dos jóvenes, ambos presidentes de las federaciones de estudiantes de las dos principales universidades de este país: Camila Vallejo, militante comunista de 23 años, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, y Giorgio Jackson, de izquierda, presidente de la Federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Ambos han encabezado todas las convocatorias y han sido los voceros del movimiento estudiantil. En esta dupla destaca Camila, que ha sido invitada a todos los programas periodísticos de televisión para hablar del paro y que se perfila como una nueva líder del comunismo chileno, que renovará los viejos cuadros y de seguro seguirá en política. Acá dejo un artículo de la BBC (http://www.theclinic.cl/2011/07/07/asi-ve-la-bbc-a-camila-vallejo/)
Jackson, si bien también tiene un perfil público y comparte la vocería del movimiento, se ve opacado por la figura de Camila ya que todas las miradas están sobre ella, al punto que ya tiene guardaespaldas en las marchas debido a amenazas de muerte y a la gran atracción que existe sobre su figura: todos los jóvenes quieren fotos con Camila para publicarlas en Facebook.
Por último, las redes sociales, en particular Facebook y Twitter, han sido fundamentales en las convocatorias a marchas, algunas de las cuales han superado las 100 mil personas sólo en Santiago. En ambos sitios se publican lugares, horas y algunas particularidades, como por ejemplo ir disfrazados a la manifestación o marchar por la Alameda pese a la prohibición de las autoridades.
En Chile se dice que la actual generación es la de los “jóvenes sin miedo”, aquella que no vivió en carne propia los horrores y la represión de la dictadura de Augusto Pinochet y que está dispuesta a todo con tal de conseguir la educación gratuita y el fin al lucro en el sector. No tienen miedo a la represión policial ni tampoco a perder el año escolar porque tienen conciencia que pueden hacer historia. Veremos en los próximos días lo que ocurre.

lunes, agosto 01, 2011

México y Colombia: Hermanos



LA ESQUINA INTERNACIONAL: Colombia y México, hermanos
María Lourdes Pallais
01.08.2011 22:41

María Lourdes Pallais

Colombia estará volteada hacia China para abril del 2012, cuando el presidente Barack Obama llegue al país sudamericano a la Cumbre de las Américas (http://t.co/OSWNfC9), pero la prioridad de Juan Manuel Santos seguirá siendo consolidar la relación de su país (sí, histórica pero no siempre fluida) con México, su mejor y más cercano amigo en América Latina.

Y si bien la relación entre México y Colombia ha sido de largo andar, en la actualidad (sin Uribe pero aún con Calderón) vive un vínculo de hermandad sin precedentes, casi como hermanos siameses: en común tienen la lucha contra el crimen organizado, el comercio, un nuevo tratado de extradición (que contradice al anterior que impedía ese acuerdo) y por supuesto, el liderazgo en el continente.

Porque unidos Colombia y México quieren --y a lo mejor hasta lo logren-- meterle un gol a Brasil, país que se perfila, sin lugar a ninguna duda, como el “Big Daddy” en tierras latinoamericanas, incluyendo por supuesto los países de UNASUR.

Aunque Luis Ortiz Monasterio, ex embajador de México en Colombia y experto en estos temas, asegura que sí, que por favor: que se trata de la “Edad de Oro” entre México y Colombia: ¡quién lo duda!; un momento donde ambos, juntos, podrán ejercer un liderazgo sin precedentes en la historia de la región, porque, ojo -–no se lo pierdan--: hoy en día ya no hay competencia entre los hermanos latinoamericanos.

Bueno, Ortiz Monasterio no habló de hermanos latinoamericanos. Eso es de mi cosecha. Habló de no competencia, de jugar en equipo, como en el fútbol.

Colombia --dijo convencido el ahora director de la CNDH por el hilo telefónico a Quadratín-- y su presidente Santos “han encontrado un ámbito de acción para convertirse en una potencia, como le corresponde, con el liderazgo que tiene en UNASUR”.

Es cierto que el país sudamericano, como Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, está ubicado “en el centro delantero”, pero –una vez más, ojo--- su liderazgo “tiene una identidad común con México donde, con los países de Centroamérica, ambos estamos hechos para trabajar como equipo”, agregó.

Y continuó Ortiz Monasterio: “La madurez de los latinoamericanos incluye, hoy por hoy, que le pasamos la responsabilidad a quien tiene una mejor ´bola´ en diferentes ángulos. Le pasamos la ´bola´ a quien esté mejor ubicado para meter un gol. La época de la competencia entre nosotros ya murió”.

Al margen del refrescante optimismo del ex diplomático, en el caso de comercio y seguridad, en América Latina al menos, sin duda, la bola está del lado de México y de Colombia, que están en la actualidad convencidos de que sólo con su experiencia común podrán (deberían, en todo caso) apoyar a los países –que, Dios nos libre hacerlo ahora, pero que antes llamábamos, el “patio trasero” de México—: del Istmo Centroamericano, incluyendo El Caribe --no sólo el de habla hispana, sino también el Anglófono y Francófono.

Vamos, la conclusión es algo así como que Colombia es el puente global y México, el segundo piso.

Un Plus para los aficionados del fútbol

En la conferencia conjunta de Calderón y Santos ayer lunes --primer día de la visita de Estado del mandatario colombiano a tierras aztecas--, ambos celebraron el triunfo de Colombia 4-1 contra Francia.

Santos se atrevió a decir que cuando al equipo de su país le toque jugar contra México, “tendrá que partir cobija” (o sea, divorciarse civilizadamente, en buen plan). Y Calderón, muy en su papel de no nunca, cómo crees, si somos hermanos, interrumpió: “todos los goles serán contra Francia”.

viernes, julio 29, 2011

La "pepa" (nota) del discurso de Ollanta Humala



La Esquina Internacional
María Lourdes Pallais
29.07.2011 07:03

La “pepa” (la nota) del discurso de Ollanta Humala

Minutos después de concluido el discurso de Ollanta Humala Tasso el pasado 28 de julio, al asumir como Presidente No 79 en la historia del Perú, ante 18 jefes de Estado, la mayoría de periodistas y analistas del país andino sentenciaron: no hubo “pepa” --término con el que los medios locales definen lo que es “la nota” para nosotros en México.

Es decir, aseguraron todos, el ex militar no dijo nada nuevo: sí, los pobres, con su programa para llevar a cabo “la gran transformación” del país, serán su prioridad (pero irá piano piano con los programas que implementará); claro, fomentará una economía nacional de mercado abierta al mundo; y por supuesto, será tolerante, incluyente, democrático.

Hablo poco, por lo que muchos analistas y expertos, de esos que pululan en las elecciones de todos los países del mundo, esperan que “haga mucho”.

En resumen: el suyo fue un discurso conciliador hecho a la medida de un Lula peruano, como ahora llaman a Ollanta en Brasil (@EL_PAIS - http://goo.gl/N3KUY), aunque el ex militar insiste que no piensa copiar a nadie.

Pero ojo. El recién nombrado Presidente, quien, para los medios peruanos (no así para los miles que no votaron por él), ya no es “un lobo con piel de cordero”, incluyó en sus palabras una provocación poco sutil que tiene furiosos a los fujimoristas.

A los pocos minutos de iniciar su discurso, dijo: “Evoco aquí nuevamente la figura de (Victor Raúl) Haya de la Torre y su legado, plasmado singularmente en la Constitución de 1979, que constituye para mí una verdadera inspiración por su contenido nacional, democrático y de libertad.”

Es más, tanto Humala Tasso como sus dos vicepresidentes, Marisol Espinoza Cruz y Omar Chehade Moya, juraron en nombre de la Constitución de 1979, no vigente desde hace más de 30 años, en lugar de hacerlo por la Carta Magna de 1993, que es la que actualmente rige en el Perú.

Y esa es la nota. Los medios SÍ tuvieron su “pepa” y ya se nota en los portales peruanos: Ollanta quiere cambiar la constitución. Ollanta no respeta la Carta Magna que oficializó su Presidencia. Ollanta respeta la constitución de un Gobierno militar y no la actual modificada por el ex presidente Alberto Fujimori.

Ni dudarlo. De inmediato, la noticia dio la vuelta al mundo. La BBC titula que Humala juró por una Constitución derogada; el portal chileno Puranoticia destaca que “Humala asume como presidente y desafía al fujimorismo”; el diario digital argentino Infobae.com informa que Humala juró sobre una Constitución sin vigencia: “El nuevo presidente respaldó la Carta Magna de 1979, ignorando la firmada por Fujimori en 1993”.

Y por supuesto, los fujimoristas ya armaron la de San Quintín, incluso alegando que Ollanta es un presidente de facto, si no respeta las leyes que lo hicieron Presidente.

Los simpatizantes del ex militar de 49 años, por su digna parte, aseguran que la referencia fue “un gesto simbólico” sin trascendencia jurídica. Un saludo de reconocimiento y compromiso con el respeto al estado de derecho. Un “gesto lírico y político”, en palabras de Alvaro Vargas Llosa, hijo del Premio Nobel del mismo apellido.

Pero que fue un gesto provocador, nadie lo niega. Y ese no es el estilo de Lula. Parece ser que Humala entra jugando con su propia mano. Habrá que estar muy pendientes de su siguiente paso.

jueves, julio 28, 2011

Los Pininos de Murdoch en Nueva York



Por María Lourdes Pallais
Nadie más cotizado en la prensa internacional hoy que el octogenario halcón del periodismo mundial, Rubert Murdoch, salvo quizás DSK. El primero por su forma de hacer periodismo tras haberse convertido en jefe supremo de una empresa con más de 50,000 empleados y dueño de docenas de periódicos y cadenas de televisión en varios países. El otro, ya sabemos: sexo, poder y algunas lágrimas (no de él, claro está).
Nadie, o pocos, recordarán al recién llegado ricachón australiano quien, --como recuerda Richard Reeves en su artículo “Perdí mi oportunidad de orinarme sobre Murdoch” (http://www.truthdig.com/report/item/i_missed_my_chance_to_pee_on_rupert_murdoch_20110713)--, llegó a Nueva York a principios de los 80s buscando talento para dirigir sus empresas.
En Craig Ammerman --mi primer jefe en la Mesa Metropolitana de la Associated Press en Nueva York-- encontró al idóneo director del nuevo New York Post, que pasó a ser el tabloide vespertino más leído en la Gran Manzana.
Craig traía el gusano murdochiano dentro. Lo viví en carne propia.
Cuando ya se sabía que Ammerman se iría con el del país de los canguros, yo era una reportera recién llegada (verde que te quiero verde) a la mesa metropolitana de la agencia neoyorquina. Sucedió que Irene Maxwell, una gran amiga escocesa -guapa, joven y exótica diseñadora- fue acuchillada a muerte una madrugada saliendo de un club del barrio Tribeca. La noticia, en un escueto cable, recorrió todos los diarios del país. Pensé que ahí quedaría, inocente de mí. Le pedí permiso a Craig para asistir al entierro, que sí, era privado (le contesté) y claro, sin acceso a la prensa (también le contesté). “Go, y por supuesto, si te sientes con ganas de escribir algo, aquí te esperamos. Good luck”.
Fue la primera vez en mi vida que sentí ese golpe seco tan particular, ese ardor íntimo en lo más profundo de algún lugar impenetrable que es indispensable sentir cuando uno es periodista y se siente ante un reto. ¿Cómo escribiría como periodista sobre un tema tan personal y doloroso? Eso no me lo habían enseñado en la escuela de periodismo de la Universidad de Columbia. No tenía ni idea, pero sabía que tendría que regresar a intentarlo. Y tendría que escribir algo bueno, una primicia, sobre el sangriento asesinato callejero de una gran amiga cuyo cadáver tendríamos que enviar hasta Escocia.
Lo hice (todavía no sé cómo resolví mi conflicto interno, si es que lo resolví). Con datos que nadie más tenía, incluyendo el último poema de Irene sobre su amor por la vida. Y fue la nota más leída al día siguiente en el New York Post que ya estaba en manos de Murdoch y de Craig por supuesto. Fui vitoreada en AP. La recién llegada (y encima, latina…) con su “scoop”. En mi casa, mi mari-novio compró 10 ejemplares del Post y los colocó sobre la cama, abiertos todos en la segunda página con mi nota sobre Irene.
Esta tragedia personal que se convirtió en mi primer éxito periodístico, fue mi introducción al funcionamiento interno del estilo del ahora tambaleante magnate de los medios, Rupert Murdoch.

domingo, julio 03, 2011

De realezas y realidades












Como ustedes, yo quisiera creer que sì. Que Alberto de Mònaco le cerraba el ojo en señal de amor a su ahora esposa, la ex nadadora Olìmpica sudafricana Charlene Wittstock, quien llorò cuando llegò al altar y escuchò mùsica sudafricana.


Que las historias de amor son como en los cuentos de hadas. Que el amor lo puede todo. Que las bodas de la realeza son bellísimas y valen la pena ver. Pero estoy indignada. Como los de Barcelona y Madrid del 15M.


¿Còmo es posible que a estas alturas, después de que el sueño de Diana y Carlos haya explotado en el Puente de l'Alma en Parìs (o mucho antes) creamos que esas uniones son importantes para nosotros, los “de Abajo”. ¿Porque habrìamos de creerlo? ¿Porque Charlene es bella, plebeya, 20 años màs joven que èl? ¿Porque èl quiere sentar cabeza después de procrear dos hijos “ilegìtimos” que no podràn sucederlo en el trono como èl sucediò a su padre? ¿Y a nosotros qué?


Ok. La prensa dice: "La pareja intercambió anillos de Cartier de una aleación blanca de oro-platino de 18 kilates. Alberto guiñó un ojo al deslizar la joya en el dedo de Charlene y ésta mostró una sonrisa amplia cuando hizo lo mismo al príncipe”. Què bello vestido el de ella sin duda alguna.


Pero. Alto ahí. ¿Còmo creerle sus coqueterías al regordete y calvo hijo de Rainero de Mónaco y la bella Grace Kelly, enfundado en un traje blanco de gala y como desentendido de todo el asunto? ¿Por sus "piquitos" y guiños de ojos? Como diciéndole: "ándale, ya pasará, ya pasará. No te pongas triste". No por favor. Parecìa chiste.


A lo mejor ella estaría pensando en nadar lo más lejos posible de ahí... Porque dudo mucho que haya estado indignada, aunque lo debería, como lo estamos muchos adultos mayores y miles de jóvenes de su edad.


Como aquellos que inventaron estos lemas y frases durante las protestas que se iniciaron el 15M. Porque estas palabras de indignación con humor borran por completo el dìa de "amor" en Mònaco:


1. "No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros"
2. "Me sobra mes a final de sueldo"
3. "No hay pan para tanto chorizo"
4. "¿Dónde está la izquierda? al fondo, de la derecha".
5. "Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir".
6. "Se alquila esclavo económico"
7. "Se puede acampar para ver a Justin Bieber pero no para defender nuestros derechos"
8. "Error 404: Democracia not found"
9. "Error de sistema. Reinicie, por favor"
10. "Esto no es una cuestión de izquierda contra derechas, es de los de abajo contra los de arriba"
11. "Vivimos en un país donde licenciados están en paro, el presidente de nuestro gobierno no sabe inglés...y la oposición tampoco"
12. "Mis sueños no caben en tus urnas"
13. "Políticos: somos vuestros jefes y os estamos haciendo un ERE"
14. "Nos mean y dicen que llueve! "
15. "No falta el dinero. Sobran ladrones"
16. "¿Qué tal os va por España"?- Pues no nos podemos quejar. O sea, que bien ¿no?- no, que no nos podemos quejar."
17. "No es una crisis, es una estafa"
18. "No apagues la televisión... Podrías pensar"
19. "!!Tengo una carrera y como mortadela!!"
20. "Manos arriba, esto es un contrato"
21. "Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco"
22. "Rebeldes sin casa"
23. "Democracia, me gustas porque estás como ausente"
24. "Nosotros buscamos razones, ellos victorias"
25. "Cuando los de abajo se mueven, los de arriba se tambalean"

viernes, julio 01, 2011

Huma Abedin, la mujer de hierro del Weinergate













En el puritano ambiente washingtoniano, algo igual de escandaloso le pasó a su jefa Hillary Clinton hace ya algunos años. Y la guapérrima Huma Abedin, esposa del polémico ex congresista demócrata Anthony Weiner, ahora defenestrado por colgar fotos de sus erectas partes nobles en la web, ha decidido seguir el ejemplo de su superiora: stand by her man. Eso sí: her way: en silencio y sin aparecer a su lado en las conferencias de prensa de días pasados.

Recordemos: cuando el solitario demócrata aceptó su culpa primero, dimitió después, pidió disculpas públicas y dijo estar dispuesto a luchar por su esposa, la exótica Huma no estaba a su lado para dar la cara por él, como lo estuvo Hillary cuando incluso aseguró que Bill no estaba mintiendo, que su casto marido no había tenido nada que ver con “la señorita Lewinsky”.

Huma -cuyo nombre persa es el de un mítico pájaro que trae buena suerte- lo apoyaría a su manera. A los pocos días del Weinergate, se dio el lujo de dejarse fotografiar a un continente de distancia, siempre guardando un silencio sepulcral, pero con su anillo de boda en el dedo. Gesto que no pasó inadvertido por muchos.

Y es que muy posiblemente la dignidad de esta mujer joven, independiente, moderna, respetada por moros y cristianos y con una carrera brillante por delante, no le permite “rebajarse” como lo hizo Hillary con Bill: pedir un perdón que no le pertenece.

Si bien es cierto que como su jefa, Huma apoya a su marido, lo está haciendo con su silencio, sin decir esta boca es mía. Y no sería nada raro que Hillary, quien ya pagó el costo de anteponer la ambición a la dignidad, haya apoyado esa actitud de su subordinada, desde la perspectiva de su experiencia.

Así, la “dama de Hierro del Weinergate”, de 34 años -casada hace apenas 11 meses y embarazada hace tres-, estará muy enojada con su infantil marido por sus travesuras cibernéticas, pero no parece tener la menor intención de separarse de él, según fuentes allegadas a la pareja, citadas por la prensa washingtoniana.

Cierto, Huma creció en Arabia Saudita pero no es ni de cerca la típica esposa abnegada. Nacida en Kalamazoo, Michigan, es hija única de un académico iraní y una maestra pakistaní. Cuando cumplió dos años, se trasladó con sus padres a Jeddah, Arabia Saudita. Pero Huma regresó a Estados Unidos para asistir a la Universidad George Washington.

Hoy, es la indiscutible mano derecha de la senadora Clinton; su sombra. Comenzó en 1996 como pasante de la Casa Blanca y siguió su carrera hasta conseguir un trabajo al lado de la entonces Primera Dama. Hoy en día, donde está la senadora demócrata, está ella; donde viaja Hillary, viaja Huma.

Quizás la mayor diferencia entre Huma y Hillary es que la mujer de Weiner no tiene que hacerse “perdonar” por nadie; no tiene que recorrer el filo de la navaja populista de las urnas. Pero hay más. Huma no pertenece al club de las buenas esposas que salen a pedir perdón por los maridos pecadores. Ella sabrá cómo castigarlo en la intimidad de su alcoba sin duda alguna.