miércoles, diciembre 15, 2004

Raúl Rivero, ahora un icono, siempre ha sido un poeta que le canta al amor


Raúl Rivero, ahora convertido en un icono mundial tras su sonada liberación la semana pasada, es el mismo poeta del verso blanco que le canta al amor; antes, cuando trabajaba como periodista de Prensa Latina y después, cuando fue encarcelado por recibir dinero del extranjero por su trabajo de periodista y por sus “vínculos” con Washington.
El autor de “Angela, me dabas fiebre/ me moría recorriendo tu cuerpo lleno de sobresaltos/ y palabras inimaginables a tus catorce años” (Donde clamo por Angela, 1969) pronto verá 45 de los poemas que escribió en la cárcel publicados en España en un volumen titulado Corazón sin furia.
Ese es uno de los beneficios que recibirá El Gordo tras su excarcelación que suscitó innumerables reacciones en el mundo, todas positivas, mientras las autoridades de la isla mantienen un silencio hermético sobre el asunto y nadie, salvo el propio ex reo, interpreta su liberación como el posible inicio de un proceso “lento” de cambios.
A pesar de que El Gordo ha asegurado que su poesía, tras los 20 meses que estuvo en prisión, será “más profunda y triste”, sus más recientes trabajos mantienen la sencillez con que Rivero siempre ha abordado el tema amoroso.
Un ejemplo es el poema Teatro, que será publicado en Corazón sin furia. A continuación, un extracto del mismo:
“Pasó que nos conocimos/ Eramos los personajes/ que el otro añoraba que fuéramos/ Así es que aquellos años/ los perdimos/ haciéndonos que amábamos./Eso pasa, señora de Valdés/ eso sucede hasta en las mejores familias de palabras/ Yo quise a una mujer/que Ud. no era...”
INICIOS. Su actividad como disidente empezó cuando, en 1991, firmó una carta junto con 10 intelectuales pidiendo la creación del mercado libre campesino. El entonces ideólogo del Partido Comunista Cubano, Carlos Aldana, lo satanizó.
Pero Rivero siguió escribiendo sus poemas de amor y sus artículos periodísticos, aunque a fines de los años 90, ya lo hacía para medios extranjeros.
Su poema Matar a un Poeta, por ejemplo, lo publicó la editorial SIBI de Miami en 1996:
“Es muy hermosa la muerte de un poeta./ Lo recuerdan sus viudas más piadosas/ hay muchas flores y ofrendas oficiales/ y los compinches de bares y cantinas/ lo evocan en las barras habituales/ con oleadas de rones melancólicos./ Es excelente la muerte de un poeta/ porque podemos recordarlo con poéticos discursos/ donde se disimulan con tinta de notario/ las odiosas manías que acosan a esos seres”.
La excusa del gobierno de Cuba para encarcelarlo fue porque él y otros nueve intelectuales, recibían dinero de empresas periodísticas extranjeras, delito que fue creado con una ley en 1997. También lo vincularon a los intereses de Washington.
Ahora, que Rivero ha optado por quedarse a vivir en La Habana, su fama mundial sin duda le traerá más beneficios económicos que posiblemente Cuba ignorará para mantener el apoyo del gobierno español de Rodríguez Zapatero, que presionó al régimen de Fidel para lograr la excarcelación de Rivero y 13 más del Grupo de los 75.
Tras haber ganado el estatus de héroe de las letras, la excarcelación de Rivero ha sido motivo de “alegría” para intelectuales en México y España.
“Me alegro de la libertad del poeta, y me alegraría de todas las libertades. A Cuba ya no la defiende el lugar común del miedo al enemigo; la defiende el futuro, y lo tapian encerrandolo”, dijo el escritor español Juan Cruz.
“Era una situación abyecta. Es increíble que después de más de 45 años de dictadura no haya podido modificar su criterio, máxime cuando Abel Prieto ha sido un defensor de la literatura por encima de la política”, dijo a Crónica el escritor mexicano Hernán Lara Zavala.

La Habana, Testimonio 69
Los barcos entran al pueblo de La Habana
como gigantes ciegos
teniéndole el alma a la bahía.

A bordo traen tractores
carros, maquinas agrícolas
que horas después opera una muchacha en Camagüey
un adolescente que abandonó su casa
que dejó la ciudad y se rompe las manos contra la tierra
por que el futuro
el pueblo
la esperanza.

A bordo vienen los marinos
poseídos por sus antepasados
nuevos conquistadores
llenos de baratijas
radios portátiles, grabadoras Sanyo, caminas y perfumes
a perderse en las calles del Vedado
a caminarlas por la piel
por la noche por la labor de Celestina que ejerce
sin prejuicio
el maricón moderno.
(Del poemario Papel del hombre, 1969, Extracto)

Amor punto final
Para este poema no había lápices,
ritmos ni hojas blancas.
Es una especie rara que ya nadie esperaba.
Estos son peligrosos
porque bajo la mansedumbre
que los levanta
trabajan los presagios,
se esconde la sabiduría,
que tiene un sitio para las joyas
y una liturgia para los escorpiones
¡Ah poema con minas
en todos tus acentos!
Versos que yo no esperaba,
pero estaban ahí,
a la espera de las fragilidades
y el laberinto de la línea recta.
El nevado poema castellano
que pudo ser un madrigal
y se abre como una madriguera
donde vengo a enterrar el amor.
(De Corazón sin furia, poema escrito en la cárcel)

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