sábado, julio 22, 2006
Quiere "desgarrar el alma" y "alegrar la vida": Maritza Morrillas
Quiere "desgarrar el alma" y "alegrar la vida": Maritza Morrillas
De pintora de cadáveres de mujeres a exitosa artista comercial.
Por María Lourdes Pallais
México, 12 Jul (Notimex).- Detrás de una mirada dulce de niña ingenua, esconde una tristeza y preocupación profunda con la muerte. Lo expresa en sus pinturas de cadáveres de mujeres y animales para reflejar la "indiferencia" de la gente ante esas realidades.
Con su arte, cuadros al óleo de gran formato, busca "desgarrar el alma" pero, otra parte de ella también quiere "alegrarte la vida".
Así, a veces se inspira en temas que reflejan cómo la muerte genera vida, a veces en alegres rostros que pinta en objetos utilitarios como cucharas y ensaladeras que ella misma crea.
Sus maestros y muchos de sus colegas califican su pincel, de trazos certeros, fuertes y definidos, como "uno de los mejores de México".
Hoy, su predilección por retratar mujeres asesinadas e insectos que se alimentan de cadáveres se combina con su nueva afición: la pintura en esmalte, un vidriado sobre hierro con el que crea arte comercial y práctico pero siempre con su sello personal.
Es Maritza Morrillas, una artista de 36 años, ahora experta en esa técnica que practica en un taller de la Academia San Carlos en el Centro Histórico de la Ciudad de México y también, devota madre soltera de Mara, una niña con "discapacidad intelectual" de 15 años.
Hizo sus pininos con "Agonía de la Conciencia", una analogía entre cadáveres de humanos y de animales. "Un ahogado con un pescado, por ejemplo, porque mi idea es reflejar nuestra indiferencia ante la muerte de los humanos y de los animales", cuenta.
Su reciente exposición CAroDAtaVERnivus (que significa cadáver, carne, tiempo y gusano) fue seleccionada por MujerArte, una organización de creadoras "por una cultura de la no violencia", para reflejar la tragedia de las Muertas de Juárez.
"Como artista, te impresiona lo que te toca vivir y lo representas si quieres. A mi este tema (de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez) me indigna y por eso hice mi serie", explica en charla con Notimex sentada en una banca de la Academia San Carlos.
Agrega que después ha intentado "descontextualizar" su obra del desierto de esa región y concentrarse "en rostros o cadáveres de mujeres asesinadas que saco de algunas fotos aunque después no se parecen en nada a los originales".
Y es que para ella, sus pinturas de cadáveres deben de tener "cierto tipo de descomposición perfecta" para mantener "una estética" que tiene que ver con "el equilibrio" en el lienzo. "Pueden ser muy fuertes, pero no necesariamente molestar".
ML.-Pero sí molestan.
M.- Es cierto. Mucha gente me dice que se siente ofendida.
ML.-Uno se pregunta: ¿de dónde sale tu interés por dibujar insectos sobre cadáveres?
M.-Me gustan los insectos y me gusta pintar cómo generan vida.
ML.-¿Y qué mensaje quieres transmitir con esas imágenes?
M.-Que la muerte genera vida al final. La materia se transforma y los insectos se alimentan de esos cadáveres. Además, los escarabajos me gustan. Se me hacen bonitos.
ML.-¿Bonitos?
M.-Si, como algunas palomillas. Las moscas no tanto, pero sí se me hacen interesantes. Aunque me dan fobia y si se me acercan al oído, me ponen nerviosa.
ML.-Pero sí te gusta dibujarlas.
M.-Yo digo que como terapia, quizá. Tengo un cuadro que me encanta, de una mosca verde con los ojos rojos. De veras me encanta.
ML.-¿Por qué?
M.-Son bonitas. Viéndolo de una manera fría, las moscas metálicas son preciosas. Si fueran abejas, diríamos, ¡qué lindas!, pero como son moscas, no lo decimos.
Aunque desde hace un año está dedicada a la técnica del esmalte vidriado, y "me va muy bien", cuenta que su preocupación por dibujar animales le nació desde niña, porque en su casa sus cinco hermanos tenían todo tipo de mascotas: escarabajos, tarántulas, conejos, etc.
Con una franca sonrisa de niña traviesa, Maritza acepta que su propio maestro de pintura, Alejandro Flores, le cuestiona la a veces tétrica temática de su obra pictórica.
Ahora, que elabora objetos estéticos, aunque no "fáciles" ni plagados de "lugares comunes", pero sí comerciales, "me acaban de ofrecer exponer mis piezas en una galería de la Colonia Roma y me están haciendo muchos pedidos. Mi maestro está muy contento", cuenta.
A las cucharas cafeteras que crea les pinta ojos enojados, sonrientes o tristes. A las tazas, narices y bocas. A las ensaladeras, cerebros. Y a los platos, igual, ojos, narices, bocas, cerebros. Vende cada pieza por entre mil y dos mil pesos.
"Es que (las creaciones en esmalte vidriado) son más fáciles de vender que mi obra pictórica. Al principio empecé a exponerla en los cafés, pero no tuve mucho eco. Ahora estoy en un bazar de arte y diseño en la Colonia Condesa", narra sonriente.
Su hija Mara, quien cuando nació "era como un trapito", es su otra prioridad. Viven en un departamento en Tlatelolco y Maritza lleva a Mara a una escuela particular de educación especial para menores con "capacidades diferentes", donde la cuidan hasta las cinco de la tarde.
"Sus primeros años no podía ni caminar. Tuve que llevarla a terapia en varios lugares y siempre me decían que era autista o esquizofrénica, pero es que no la sabían llevar", recuerda.
Fueron años difíciles. Maritza trabajaba en la SEP como ilustradora de libros de texto, vivía con sus padres y el ISSSTE la ayudaba un poco con Mara, pero las profesoras eran deficientes. "Es que prefieren niños que no se rebelan, y Mara es rebelde".
ML.-Y tú, ¿te sientes enojada con la vida?
M.-Sí. Me lastima lo que le pasa a Mara.
ML.-Cuando te levantas en las mañanas, ¿lo haces con pensamientos positivos o negativos?
M.-Positivos, si no, no me levanto. Me invento algo siempre. Las cosas que quiero hacer: viajar, estudiar y terminar mi carrera. Y mi hija por supuesto.
ML.-¿Cómo te quisieras ver en 10 años?
M.-Más tranquila económicamente. Quisiera dejar a mi hija con un departamento propio y más encaminada en la vida. Y también espero poder vivir de lo que hago.
ML.-¿Cómo definirías tu obra?
M.-Desgarrar el alma. Pero también mi otra parte quiere alegrarte la vida.
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