sábado, marzo 25, 2006

Soy súper romántica: Ana María Olabuenaga


Soy súper romántica: Ana María Olabuenaga

Por María Lourdes Pallais

México, 8 Mar (Notimex).- La palabra favorita de Ana María Olabuenaga, la creadora de la campaña Soy Totalmente Palacio, es brutal. Su optimismo también lo es. Así posiblemente sea su talento, su empeño y también su suerte. Es una de las poquísimas mujeres dueñas de su propia empresa en México.

La Asociación Mexicana de Mujeres Ejecutivas reporta que sólo 3 por ciento de las mujeres ocupan cargos de dirección en empresas y sólo 0.2 por ciento participan en grandes consorcios.

En ese ínfimo porcentaje se ubica Ana María, una géminis de baja estatura, mirada fuerte y enormes ojos claros, maquillados por una mano profesional.

La pregunta obligada ante ella es: ¨¿Eres Totalmente Palacio?

Se la preguntamos. Respondió seria, sin titubeos, sin humor:

"Pues fui Totalmente Palacio; manejé la cuenta por mucho tiempo pero hace cuatro años que no la manejo, así que ya no soy".

Pero algo debe haberte dejado...
Es una cuenta entrañable para mi. Fue una experiencia muy importante profesionalmente hablando, me dejó muchísimas enseñanzas. Ahí está toda la campaña (señala los afiches en la pared delante de ella). Me creó un vicio brutal. Analizar el tema a través de las mujeres, su poder de compra, toda esa pasión del mundo femenino en el mundo actual, me lo dejó hasta la médula.

¿Eso fue lo que te enseñó?
Me volvió una adicta a hablar de mujeres. Me encanta el tema, es mi predilecto.

Las mujeres que refleja la publicidad se ven preciosas, ¿eso era lo que buscabas?
Sí, porque esa campaña lo que pretendía era reflejar el mundo onírico de la mujer, que no tiene nada que ver con el mundo de la mujer madre, de la mujer ama de casa, de la mujer hija, de la mujer-esposa; es el mundo de la mujer-mujer, donde nos vemos como nos queremos ver. Y yo sí me quiero ver así. Me quiero ver guapa, fuerte, inteligente.

¿Te quieres ver así o te sientes así?
Me quiero ver así, no creo que lo sea.

¿No?
Es que creo que las mujeres somos muy auto-críticas y tendemos a una busca de la perfección que es imposible conseguir pero tendemos a ella constantemente, porque hay tantas responsabilidades en nuestra vida (los hijos, la casa, el trabajo), nos exigimos tanto (perdón por las generalidades) que llegar a ese lugar, muy difícilmente lo alcanzamos ante nuestros ojos. No creo que lo sea pero sí me gusta verme así.

¿La clave de la publicidad para tí es el fondo o la forma?
El fondo. Brutalmente el fondo. Tan es el fondo que cuando surgió la campaña en el Palacio de Hierro, que iba en contra de todas las reglas de la publicidad, el director de la agencia para la que yo trabajaba me dijo "a lo mejor valdría la pena quitar el texto y dejar la imagen con sólo Soy Totalmente Palacio"; yo le dije que preferiría quitar la imagen y dejar Soy Totalmente Palacio" en negro porque así sería más efectiva.

Al final ganaste...
Soy una mujer muy terca. Fondo totalmente. Soy 95% terca y muy poco autoritaria.

A 10 años de la campaña, ¿Tú crees que trivializó o benefició la imagen de la mujer?
La benefició terriblemente. Por todos lados, creo que sensibilizó hasta a los mismos detractores; sólo el haber traído a la mesa los temas de la frivolidad, lo profundo de la mujer: ese debate me parece que fue bueno. Hasta la fecha, las mujeres nos dicen: "necesito verme riéndome de mis propias debilidades". Así lo verbalizan ellas.

¿Te gusta ser jefa?
Me encanta porque veo todas las áreas de este negocio. Me gusta trabajar con la gente y guiar a todo un grupo hacia un sólo ideal, hacia una misma conclusión.

Muchos dicen que le diste un nivel artístico a la publicidad...
Me encanta ser detallista en los anuncios que haga porque, a pesar de lo que te dije sobre el fondo, creo que la forma, sobretodo para una mujer que sí percibe más claramente todos los detalles (el hombre pasa más de largo porque va hacia cosas concretas) en ese sentido sí me interesa. Vengo de estudiar comunicación, de ser periodista, de estudiar cine, de gustarme la literatura, pues de ahí viene esa influencia por la forma. Si le puedes poner un marco más lindo, más interesante, que también aporte, no te pierdas esa oportunidad.

Antes de convertirte en publicista, estabas en el mundo intelectual de la Ibero, donde fuiste muy criticada por dedicarte a vender anuncios. ¿A qué mundo perteneces hoy?
Pertenezco a un mundo familiar. Para mi, la familia, mi hijo de nueve años y mi esposo es lo más importante, lo más importante.

¿Lo más importante, más que tu trabajo?
O sea, yo creo que para cualquier mujer, ¨eh? Honestamente creo que sí.

Yo hubiese pensado que tú eras de las que podían combinar el éxito profesional y la familia..
Pienso que es incombinable, de entrada te lo digo. Es que lo hago muy mal. Evidente, como todas las mujeres. Lo hago un día y lo hago mal. Como alcohólica: Sólo por hoy. Pasan unos días y yo trato de darle lo más que puedo a mi hijo. Hay veces que puedo y hay veces que no puedo.

¿Días que no puedes porque te lo impide tu trabajo?
­Incombinables! Totalmente. La mujer que te diga que se puede combinar está mintiendo. Son dos cosas que te exigen tiempo completo. No me vuelvo loca porque asumo que no lo estoy haciendo a la perfección.

¿Qué no haces que quisieras hacer?
No soy la mamá perfecta, ni la publicista perfecta tampoco. Cuando las mujeres hablamos de tiempo-calidad y esas cosas, son detalles muy lindos que nos ayudan a las que trabajamos a sentirnos menos mal. Pero la verdad es otra.

¿Y si tuvieras que escoger?
No podría. Porque evidentemente el trabajo creador me apasiona, además hay una cuestión real de necesidad de trabajo. Las mujeres que seguimos trabajando después de ser madres, seguimos debatiendo: ¨será lo correcto? ¨lo dejaré? No sé. En 30 años la vida me dirá, esto lo hiciste bien, no sé, o yo soy una neurótica.(risas)

¿Cómo te enfrentas al mundo de los negocios?
Creo que las mujeres mentimos mucho. Hoy me preguntaban unos periodistas casualmente eso y yo les dije: ­con los mismos huevos que ustedes! Yo siento que ante esas preguntas, las mujeres tenemos respuestas muy hechas que son las correctas, las que hay que contestar.Porque además te leen hombres. ¨¿Pero cómo te voy a echar a ti un rollo?

No me eches un rollo, pero sí dime qué buscas de la vida, ¿qué quieres?
Creo que me estás psicoanalizando. Mira: tengo un grave problema. Nunca me he puesto una meta en la vida. No la veo cómo hacia dónde voy. No la entiendo así. Cuando me preguntan esta pregunta, pienso voy a parecer una persona poco inteligente, con muy poco análisis sobre mi futuro, mi carrera. Peor ya me di cuenta que no, que no es así.

¿Cómo es?
La vida la veo como que en un momento dado empecé a correr; uno corre y corre y corre, y la vida te va mostrando el camino, y sigues corriendo hasta que un día, te caes muerta. Yo así la veo. Lo demás, no sé. Yo voy en una carrera que la vida me ha puesto y sigo corriendo hacia delante y conseguir más y más y más.

¿Conseguir más qué?
Hacer mejor mi trabajo. Conseguir retos más difíciles de lograr y lograrlos. Me interesa la comunicación de cualquier cosa. No solamente la comunicación de una lata de leche, sino de cómo lograr que veas en este producto lácteo cualidades, muchísimo más allá. ¿Cómo logro, por ejemplo, que la gente entienda que es importante leer?

¿Sólo cosas profesionales?
Quiero ser una buena madre. Crear un buen hijo, un buen mexicano, talentoso, respetable, un buen profesional y un buen mexicano. Eso quiero lograr.

Eso se llaman metas...
Pues yo no las planteo como metas. Me parece que es un trayecto, una trayectoria, no es un final. Quizá hasta el final de la vida puedas tú saber si lo lograste o no. Quiero que se me reconozca por haber sido una profesional limpia, transparente, que no traicionó ni a la gente que trabajó con ella, ni a sus colegas, ni a sus clientes.

¿Cómo tratas a tus clientes?
Como amigos. Yo tengo la teoría que tengo que trabajar con gente que yo vea a la cara y pueda decir: yo puedo ser amiga de esta persona. Y a mis clientes los veo a la cara y les digo si tú y yo no podemos ser amigos, no podemos trabajar juntos. Sé que suena muy romántico y muy cursi, pero en la práctica funciona muy bien porque cuando mis clientes tienen un problema, me preocupa como amiga , me preocupo mucho más allá.

¿Te consideras una publicista romántica?
Sí terriblemente romántica y no si será la serotonina. o todo lo que pasa en el cerebro de una mujer, pero soy brutalmente romántica.

¿Eso es malo?
En este mundo de los negocios no está visto como lo más adecuado, ¿no? no está bien visto.

¿Cómo se refleja tu romanticismo en tu trabajo?
En todo: desde la idea de haber empezado una agencia en un mundo donde las agencias ya no tienen tanto espacio ni son ya tan rentables como lo fueron en una época; haberla iniciado en medio de una crisis mundial como fue la guerra en Irak. Todo mundo me decía que tampoco era un muy buen momento para empezar negocios. Fue una idea romántica desde antes que acepté la dirección general de esta empresa que estaba en quiebra. Romántica todo el tiempo.

Son "cualidades femeninas"...
Super femeninas. Durante algún tiempo las traté de ocultar cuando era más joven. Porque creía que era una debilidad en un mundo masculino reflejar el hecho que lloro, que no se notara. Ahora me da igual, ¨eh? Lloro delante de mis clientes y no me importa que me vean.

¿Porqué lloras delante de tus clientes?
Por una injusticia, por algo que no estoy de acuerdo, por defender una idea.

¿Te afecta la misoginia del mexicano?
Todas las mujeres tenemos estas características femeninas de estar en todo, de ser muy observadoras, al final te dan un poder adicional. Por eso a mí me divierte la misoginia, a mi nivel por supuesto, porque siento que tengo las armas suficientes para manejarlo y para controlarlo. No me divierte en ciertos poblados de México, la venta de mujeres, por ejemplo. Eso no me divierte para nada, por eso trabajé en el Instituto Nacional de las Mujeres.

¿Entonces te consideras una mujer fuerte?
Aprendí con los años que me diera igual que me vieran llorando, que vieran que era yo muy romántica, muy sensible y aprendí que esas eran cualidades importantes y que los hombres al final respetaban este grado de exhibición tan personal de la naturaleza femenina. Aprendí que le pones un poco de fuerza al asunto y funciona muy bien la combinación.

¿Tu palabra favorita?
Brutal. Me parece que es grande. fuerte. Y te da una dimensión concreta de un hecho, una persona, un sentimiento; te la dimensionaliza perfectamente.

¿No es un poco dura?
¡­Ah!, pero es que así soy.

¿Y la palabra que más detestas?
No se puede. No es una sola palabra, eso no lo aguanto.

¿Algo así como imposible?
Sí, imposible.

Porque, según tú, ¿todo se puede?
Sí, todo se puede si te lo imaginas. Si ya lo pensaste, tiene que ser realizable. Piénsalo. Vas a ver.

¿Qué profesión nunca hubieras escogido?
Nunca hubiera sido contador, ni contadora.

¿Qué cualidad es la que más admiras en una mujer?
La solidaridad.

Así concluye la plática con la empresaria, que corre a una junta a la que asiste también su esposo Jorge, para imaginar, y realizar, más campañas que enamoren.

NTX/MLP/2006-03-08,11:47

1 comentario:

Anónimo dijo...

hOLA ME LLAMO REBECA.

Solo una pregunta de cuando es esta entrevista? la hiciste tu o que onda..?


Un beso